“Utopía significa que los valores de la comunidad son puestos por
encima de los valores del poder”.
Carlos Fuentes, Cervantes o la crítica de la lectura,1976
¿Qué es esto, otra Quijotada?, estará pensando alguien... Inevitable. No sere(mos) demasiado aburridor(es), se lo juro. Pero la riqueza y la pluralidad de significaciones que la novela cervantina desprende e irradia como una estrella polar de la cultura nos daría para otras mil entradas y contra-entradas, así que quedémonos otro momento sobre la obra y abrámosla un poquito más.
Antigua ilustración de la isla de Utopia |
Pepe nos recordaba a cabalidad que la obra “Utopía” de Thomas More ha desempeñado un papel fundamental en la historia de las ideas europeas del renacimiento por re-crear a través de la literatura un mito de evasión. Esta es la U-Topía. No es casual –puesto que el caso exista- que esta obra aparezca justamente a raíz de un acontecimiento histórico crucial, el llamado “descubrimiento” del Nuevo Mundo, cuando los imperios español y portugués empezaban a penetrar con fuerza el continente americano para colonizarlo: la circulación de relatos, crónicas de viajeros y misioneros sobre lo novedoso de las Indias abrió paso a los caminos de Utopía. Los primeros contactos con los pueblos indígenas, tan distintos de los conocidos hasta entonces, y con sus modalidades de organización social llevaron entonces a muchos pensadores a concebir la idea de la “Edad de oro”, topos famoso del humanismo renacentista, que más tarde generó a su vez el mito del “Buen Salvaje”, una genealogìa que va desde el filósofo Rousseau hasta Tarzán y Mowgli.
Utopía, la isla que representa un mundo distinto del europeo, en el cual los hombres viven regidos por leyes más en armonía con la naturaleza y con la libertad del individuo, y que garantizan la justicia social, nuestro Cervantes la conoce bien, y la retrata en el segundo volúmen del Quijote, cuando narra la aventura de Sancho Panza en el papel de Gobernador de la Isla - : allá el escudero dará prueba de su honestidad, limpieza de ánimo y genuina sabiduría –contra los que lo consideran sólo un avaro y oportunista plebeyo- administrando la isla con justicia y sentido de responsabilidad para con la comunidad. Este fragmento de la novela es cabal para conectar la obra a la tradición de la idea de Utopía, en fin un lugar otro para proyectar el sueño de una sociedad otra. Una sociedad con que también Cervantes soñaba.
Es verdad que, como subraya Pepe, el autor del Quijote escribió su obra maestra en una cárcel, y esto corrobora y confirma también en el plano biográfico la tesis según la cual el tema de fondo de la obra es la búsqueda de la utopía como estrella polar para un camino de liberación.
Vemos entonces de qué manera se crea, en el Quijote como en las otras obras citadas por nuestro compañero de viaje, una urdimbre de oposiciones tales como narración / silencio, libertad / cárcel, y en fin, más en general vida / muerte.
Ilustración del Decameron de Boccaccio |
Geoffrey Chaucer, el Dante de la literatura inglesa |
Sherazad |
Sherazad, los narradores medievales creados por las plumas de Boccaccio y Chaucer, o nuestro Alonso Quijano autor de su alter-ego Don Quijote de la Mancha nos hablan pues de la fuerza de las ideas, de los sueños y de la utopía como vehículos de vida y salvación de la humanidad.
Durante la dictadura franquista, en una etapa dolorosa de la historia de España, León Felipe, un poeta que Pepe también nos citó, creía que los ojos y la conciencia de don Quijote "ven y organizan el mundo no tal como es, sino como debería ser": el suyo era un llamado a la reacción del pueblo contra el régimen tiránico de la época. Un llamado a la perdida locura donquijotesca que es una forma de razón alter-nativa, la que hace ver lo que las masas adomesticadas a la injusticia y a la codicia no ven, la que permite hacer revoluciones y poder seguir soñando con un mundo nuevo. Toda época necesita sus “locos” y sus atrevimientos, y unas épocas más que otras.
A guisa de colofón he aquí los desesperados y contundentes versos del poema de León Felipe de los años ’60 “Pero ya no hay locos” y la versión musicada de Paco Ibáñez. Nos los dedico a tod@s, porque habla de nosotros también.
Hasta pronto loquer@s.
PERO YA NO HAY LOCOS:
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto y ... ni en España hay locos.
Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
Oíd ... esto,historiadores ... filósofos ... loqueros,
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto y ... ni en España hay locos.
Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
Oíd ... esto,historiadores ... filósofos ... loqueros,
El sapo iscariote y ladrón repartiendo castigos y premios …
y yo, callado, aquí, callado, impasible, cuerdo ...
¡cuerdo!, sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro.
¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).
¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos
absurdos y blasfemos
y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos?
¿Cuándo es cuando se dice por ejemplo:
No es verdad. Dios no ha puesto
al hombre aquí, en la Tierra, bajo la luz y la ley del universo;
el hombre es un insecto
que vive en las partes pestilentes y rojas del mono y del camello?
¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto, loqueros),
cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos,
sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo
y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto?
Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, infinitamente menos
que el orín de los perros;
si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos, infinitamente menos
categoría que el estiércol;
si no es ahora ... ¿cuándo se pierde el juicio?
Respondedme loqueros.
y yo, callado, aquí, callado, impasible, cuerdo ...
¡cuerdo!, sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro.
¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).
¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos
absurdos y blasfemos
y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos?
¿Cuándo es cuando se dice por ejemplo:
No es verdad. Dios no ha puesto
al hombre aquí, en la Tierra, bajo la luz y la ley del universo;
el hombre es un insecto
que vive en las partes pestilentes y rojas del mono y del camello?
¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto, loqueros),
cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos,
sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo
y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto?
Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, infinitamente menos
que el orín de los perros;
si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos, infinitamente menos
categoría que el estiércol;
si no es ahora ... ¿cuándo se pierde el juicio?
Respondedme loqueros.
[…]
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