El Camino siempre se ramifica al andar, pero siempre se
vuelve a la senda del corazón, antes o después.
La entrada que inaugura este nuevo arranqus un artículo particolarmente
intrigante tomado del periodico El País que ha sido objeto de interrogación
oral de una Estudiante de 5B del instituto Vittorio Emanuele II de Bérgamo, Marta G. .
Trátase de unas consideraciones muy interesantes sobre historia contemporánea de Italia y de la relación “umbilical” que desde su nacimiento en 1961 han tenido las mafias con el estado italiano. De ahí ha brotado enseguida un debate muy cautivador e instructivo para Tod@s en el curso. Una lectura que puede abrir puertas, sobre todo para l@s no italianos.
Trátase de unas consideraciones muy interesantes sobre historia contemporánea de Italia y de la relación “umbilical” que desde su nacimiento en 1961 han tenido las mafias con el estado italiano. De ahí ha brotado enseguida un debate muy cautivador e instructivo para Tod@s en el curso. Una lectura que puede abrir puertas, sobre todo para l@s no italianos.
Como nuestra buena costumbre es despedirse con un tema
musical, no puedo sino prersentarles un trompetista japonés, Kazufumi Kodama, con su banda reggae / ska Dub Station Band. que
interpreta el celebérrimo tema de la pelicula “Il Padrino”, que tanto ha
alimentado en todo el mundo el imaginario folklórico y algo estereotipado sobre
las mafias italianas.
Qué lo gocen. Hasta pronto, Caminantes. Y ¡ hasta la
próxima entrada!
« LAS
MAFIAS SON TAN ANTIGUAS COMO ITALIA » EL PAIS -dic.2015-
John Dickie , historiador inglés, ha llevado a
cabo sus investigaciones sobre la criminalidad organizada no sólo en
bibliotecas y archivos, sino en la calle. Conoce a los principales fiscales, a
policías y se ha pateado barrios no siempre recomendables. Primero publicó Cosa Nostra, centrado
exclusivamente en la Mafia siciliana, pero luego continuó su trabajo con dos
ensayos, Blood Brotherhoods y Mafia Republic, que ahora Debate publica en un solo volumen, Historia de la mafia, traducido por Jaime Collyer. Es un libro lleno de personajes y de historias, que logra que la atención
del lector no decaiga en más de 800 páginas de crímenes y villanos, pero
también héroes de la lucha antimafia. Su originalidad radica en que estudia de
forma conjunta las tres mafias que han marcado la historia de Italia: la Mafia
o Cosa Nostra de Sicilia, la ’Ndrangheta de Calabria y la Camorra de Nápoles y
de Campania. La teoría de Dickie, que le
distancia de otros estudiosos de la criminalidad organizada, es que estas tres
mafias, muy diferentes, pero que forman parte del mismo fenómeno, no se pueden
comprender sin Italia, que surgió como país durante el siglo XIX. La mafia para
Dickie no surge por un vacío de poder, sino al mismo tiempo que el Estado
italiano moderno y unido.
¿Cuáles son las principales diferencias
entre las tres mafias que analiza en su libro?
No existe nada parecido a una
mafia italiana. Hay tres mafias principales, pero hay grandes diferencias entre
ellas, tanto ahora como históricamente. Mi objetivo es contar la historia de
forma conjunta, en paralelo, para mostrar sus diferencias, pero también sus
similitudes. Dos de las mafias podemos decir que son
masónicas en su organización, porque son sociedades secretas obligadas por un
juramento, con rituales y una jerarquía. Se trata de la Cosa Nostra, la Mafia siciliana, y la
’Ndrangheta, la mafia calabresa. La tercera mafia es la Camorra, que es mucho
más confusa, se trata de un archipiélago de bandas en Nápoles y en Campania.
¿Por qué aquella que es la menos conocida, la
’Ndrangheta, es la más poderosa
Actualmente
sí. La ’Ndrangheta llenó el hueco que dejó la Mafia siciliana a principios de
los noventa, muy debilitada por muchos motivos, sobre todo por su táctica de
lanzar una guerra contra el Estado italiano, matando a jueces como Giovanni Falcone y Paolo Borsellino o lanzando una campaña de coches bomba. Por ese
motivo perdió mucho poder y se convirtió en un socio comercial mucho menos
fiable para los productores sudamericanos de cocaína. La ’Ndrangheta, que había
sido ignorada por el Estado, encontró ahí una fuente de ingresos gigantesca. Y
se convirtió en la organización más poderosa.
¿Cree que en la literatura y el cine se ha
producido una cierta romantización de la mafia?
R. Esto es cierto sin duda en EE UU, basta con ver El Padrino. Pero es demasiado simplista ignorar obras de ficción sólo porque no
reflejen el mundo real de la mafia: una de las cosas que estudio en mi libro es
cómo se relacionan la ficción y la realidad. La misma palabra mafia surge de
una obra de teatro, en 1863, sobre una banda carcelaria. La explicación más plausible que tenemos para la utilización de la palabra
mafia es que los propios mafiosos vieron esa representación y se encontraron
muy bien retratados. Siempre han sido muy narcisistas.
P. Ya que estamos en Los Soprano, usted
cita una frase de Medow, la hija de Toni Soprano, que define a la mafia como
“una forma de resolver los conflictos de manera informal en la Italia
mediterránea”. Siempre ha existido la teoría de que la mafia surge allí donde
el Estado no existe y es reemplazado por otro tipo de justicia. ¿Es cierto?
R. Medow, que trata de justificar
a su padre, se hace eco de lo que muchos antropólogos estadounidenses dijeron
sobre la mafia en los sesenta. No la percibieron como una organización
criminal. Creo, en cambio, que no hay la más mínima duda de que existen
organizaciones criminales que operan en Italia, pero si desapareciesen mañana,
el país seguiría teniendo grandes problemas con la corrupción, con el mal
funcionamiento del Estado. Por poner un solo ejemplo: la lentitud de la
justicia para cobrar una deuda. Es normal que exista una gran tentación para
recuperar el dinero de forma mucho más rápida por medios ilegales. Sin embargo,
no me gusta hablar de mafiosidad o de cultura de la mafia, hace
pensar que el problema no tiene solución y creo que sí la tiene.
P.
¿Cree que la tiene?
R. No creo que vaya a peor. Entre
los setenta y los noventa, la violencia era tan brutal que el sur de Italia
casi se convierte en un narcoestado, era algo muy parecido a la guerra. Mi
esperanza es que en 1992, con el asesinato de Falcone, se produjo un punto de
inflexión, sobre todo porque la sociedad se dio cuenta de la magnitud del
problema. Falcone, antes de morir, dejó una herencia extraordinaria porque legó
una estructura judicial y policial con las que Italia sigue luchando contra la
mafia actualmente, como los equipos especiales antimafia dentro de la fiscalía.
No todos tienen los medios necesarios, pero cada vez más gozan de un mayor
poder. Italia combate a la mafia con creciente eficacia y eso nunca había
ocurrido en el pasado. Eso es lo que me hace ser optimista. Lo que me hace no
serlo tanto es todo el escándalo que ha afectado a Roma, que da la impresión de
que esos avances en el terreno legal no están dando los resultados esperados,
como si el país no respondiese al tratamiento
¿No cree que el creciente poder de la
’Ndrangheta, la situación en Nápoles, que parece más un Estado fallido que una
ciudad, o el escándalo de Roma hacen creer que las cosas no han mejorado mucho?
No hay que confundir los síntomas
de una mala administración, de un sistema político disfuncional, de la corrupción,
con el crimen organizado. Desde fuera podemos pensar que todo es un síntoma de
la presencia mafiosa, pero no es siempre el caso. En el caso de la Camorra se
han producido avances, porque los principales clanes han sufrido muchos
reveses.
Como historiador, ¿cuál es el gran misterio de
la mafia italiana que todavía está sepultado por la omertá?
Italia
tiene muchos misterios y es casi un deporte nacional especular sobre las
auténticas razones detrás de acontecimientos terribles como el atentado en la
estación de tren de Bolonia. En
términos mafiosos, el misterio que más preocupa a la gente en este momento es
lo que se llama las negociaciones, la tratativa, y está siendo juzgado ahora
mismo. La tesis de los fiscales es que en el peor momento de la ofensiva de la
Mafia siciliana contra el Estado, cuando la organización criminal quería
negociar con el Gobierno después de sufrir tremendos golpes policiales, las
conversaciones llegaron a producirse. Lo que es seguro es que se trata de un
momento muy importante de la historia que no ha sido aclarado. Dicho esto, lo
cierto es que todos los miembros de la cúpula de la Cosa Nostra, menos uno,
Matteo Messina Denaro, se encuentran en prisión. El tipo que está cumpliendo
condena por el asesinato del juez Paolo Borsellino, en julio de 1992, es con
toda probabilidad inocente, hay muchos indicios que señalan que no lo hizo,
empezando por los propios mafiosos. También
hay testigos, no sabemos hasta qué punto fiables, que señalan que hubo
connivencia de los servicios secretos.
P. Una vieja teoría mantiene que la mafia nació bajo
el mandato español, por la ausencia del Estado, pero en su libro defiende
exactamente lo contrario: que la mafia surge y cobra fuerza cuando se crea el
Estado italiano. ¿Podría explicarlo?
R. Los orígenes españoles de la mafia
son otro ejemplo clásico de la invención de mitos que rodean a estas
organizaciones. El mito oficial de la fundación de la ’Ndrangheta es que había
tres caballeros españoles que huyeron a Italia porque vengaron la violación de
su hermana y que cada uno fundó una de las tres ramas de la mafia. Obviamente
es una fábula. Las mafias son tan antiguas como Italia, son un producto de la
violencia política durante la unificación. No se puede hacer una revolución sin
violencia. Muchos de los protagonistas del risurgimiento se organizaron en
sociedades secretas basadas en el modelo masónico y reclutaron matones, que
aprendieron que la violencia les podía ser muy útil para conseguir otros fines
y que, a la vez estuvieron, muy cerca de los personajes que iban a convertirse
en la élite del país.
P.
Su libro relata la historia de la mafia pero también de aquellos que lucharon
contra las organizaciones criminales. ¿Se puede seguir la historia de la mafia
a través de los movimientos antimafia?
R. Absolutamente. Como
historiadores no sabríamos nada de la mafia si el Estado no hubiese luchado
contra ella. Es así como conseguimos documentos. El esquema clásico es que,
cuando se producen guerras civiles en la mafia, los perdedores acuden a la
policía con toda la información. La policía investiga y cuando el caso llega a
los tribunales muchas veces se derrumba, porque no los testigos no declaran o
han sido asesinados… Eso nos ha privado de muchas evidencias. Pero la gente que
luchaba contra la mafia en estas circunstancias eran increíbles, incluso
aquellos que lo hicieron por motivos políticos oportunistas, por ejemplo bajo
el fascismo.
(KAZUFUMI KODAMA & DUB STATION BAND:
"THE GODFATHER", versión reggae, y "WHAT A WONDERFUL WORLD", versión ska)