jueves, 29 de diciembre de 2011

UN TRIBUTO A CESARIA EVORA, LA EMBAJADORA DE CABO VERDE

Cesària Evora, fallecida el 17 de diciembre
   La entrada de esta noche es un tributo a una mujer y a su voz, que era la de todo un archipiélago. Hablamos de la recién fallecida Cesària Evora, grande interprete de la morna, uno de los ritmos tradicionales de las islas de Cabo Verde, el Caribe de África.
La música popular siempre ha sido un medio poderoso para representar, contestar y negociar las identidades cambiantes en medio de las diásporas del mundo moderno y las encrucijadas de la globalización. Recordemos que la música siempre marca las continuidades y las rupturas, sostiene y re-establece conexiones a través espacios y culturas que sobrepasan las nacionesy los límites. La música de Cabo Verde, tal como el panorama del caribe hispano, constituye el vital diálogo entre la historia, las memorias, las identidades, las etnicidades y las tradiciones y las aspiraciones de los pueblos.
Siendo las islas de Cabo Verde parte del mundo lusófono -osea de lengua portuguesa- la relación con el español y con la hispanidad es muy estrecha, sobre todo si se logran captar ciertas afinidades y proximidades con el área cultural del Caribe hispanófono, sea en campo musical sea en otras manifestaciones artísticas.
La música de Cabo Verde, con sus estilos e influencias diferentes, es una síntesis bien lograda de dos mundos distintos, él de los colonos portugueses que poblaron las islas que a partir del siglo XVI se convirtieron en cuartel general para el intercambioy comercio de esclavos procedentes de la África occidental, y el mundo africano. Del primero conserva las melodías, la modulación de la voz lamentosa como en el fado de la madrepatria, y el uso de la guitarra como acompañamiento, mientras que del segundo, el elemento más fuerte y presente, usa la ritmica, el color y la intensidad performativa de los instrumentos de percusión. Vamos a escuchar entonces unos temas de morna tomados de la rica discografía de “la diva con los pies descalzos”, como fue bautizada Cesària Evora:
   
 

La morna no es el único género musical del folklor caboverdiano: junto a ése encontramos la matriz más negra de la cultura del archipiélago que nunca deja de comunicarse en relación osmótica con las otras culturas del continente y con Brasil, osea los géneros llamados zouk, un ritmo que viene de otra región de la África lusófona, Angola, el funanà o el más reciente kuduro, ahora muy famoso -pero sólo como nombre, no por ser el verdadero- gracias a una canción que este verano ha trepado las clasíficas italianas proponiéndo una interpretación en clave reggaeton -en mi forma de ver depurada y agringada- del género nacido entre Angola y Mozambique.
Por mi de-formación experiencial y afectiva no puedo sino compartir mi estupor y el placer que probé al dar por primera vez con el género musical funanà: resulta ser una mezcla explosiva de un ritmo binario de origen africano, empleado hoy para muchos géneros, ejecutado con instrumentos que pertenecen a otras tradiciones musicales, tal como el acordeón a tastos -que figura también en otros géneros caboverdianos- y el “ferro”, un idiófono que en el caribe hispano llamarían guacharaca o guiro
Prácticamente, sin darle más vueltas a la cosa, ¡el funanà resulta ser el hermano del vallenato colombiano del Caribe africano! Efectivamente, el parentesco no es casual, y echa raíces en el viaje de los ritmos y tradiciones musicales que vienen de África, van a América del sur a través de Brasil, se bañan en el multicolor mar del caribe, y regresan a África vestidos con nuevas prendas y enriquecidos por el contacto y la contaminación propria de cada viaje, de cada camino. 
Además, quien me conoce mejor sabe que estoy enfermo de “Colombianitis” -un virus muy peligroso por ser altamente contagioso- y soy muy sensible a lo que viene de esas cercanas lejanías.
Bueno, para que entiendan de lo que estoy hablando l@s dejo a la escucha de unos temas de la banda más representativa de Cabo Verde de ese género musical que echa puentes con el caribe colombiano,   los Ferro Gaita. ¡Suban el volúmen y a gozar el funanà!

    

Aprovecho de la atmósfera fiestera que esta contribución musical habrá despertado para volverl@s a felicitar y desearles un feliz año nuevo lleno de positividad y... de caminos para recorrer.
Volveré a estar aquí a partir del 5 de enero. 
Prepárense, Caminantes, porque empezaremos el 2012 con una serie de MINICUENTOS y MICRORELATOS, un género aparte en la literatura en prosa, lleno de sorpresas e intriga, que ve el continente latinoamericano como la cuna de sus expresiones más importantes e inovadoras, a partir del ya mencionado escritor guatemalteco Augusto Monterroso, el autor del minicuento que algun@ de ustedes ya estará leyendo durante las vacaciones. Hasta pronto. Un saludo a tod@s, querid@s Caminantes, el último del 2011.




domingo, 25 de diciembre de 2011

"LAUDATE HOMINEM", OSEA, UNA NAVIDAD DE AUTOR



  En el día de hoy, querid@s Tod@s, no puedo sino desearles unas felices fiestas -y sobre todo unas felices siestas- con un acompañamiento musical que para muchos será algo inédito: trátase de la ejecución en vivo de unos temas de nuestro Fabrizio De André tomados de su disco “La buona novella” (1970) donde el cantautor genovés vuelve la mirada hacia los Evangelios y nos restituye la vibrante dimensión humana de los protagonistas de los hechos narrados.



  Desde nuestra querida hispanoamérica, precisamente de la isla de Cuba, quiero que escuchen otra contribución de autor dedicada precisamente al día de hoy, la cual nos llega de las cuerdas de Silvio Rodríguez. El tema es “Canción de Navidad” (1988); a continuación les añado la letra, para escucharla con los oidos y no sólo.
Que pasen unas felices fiestas. ¡Hasta pronto Caminantes!
    

“Canción de Navidad”

"El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.

La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.


Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó".

domingo, 18 de diciembre de 2011

sábado, 17 de diciembre de 2011

OTRO HOMENAJE AL CAMINO

" Por la mirada de un anciano
el respeto de un hermano
por poder entender
que sólo con nacer ganamos...
...y es que la enseñanza del camino 
es pa' fortalecer
bienvenido sea entonces 
lo que hay que recorrer "



martes, 6 de diciembre de 2011

¿PAPA' NOEL TOMA COCA COLA?


Papá Noel se viste de escarlata: es sin duda un rey. Su barba blanca, sus prendas y sus botas, el trineo en donde viaja, evocan el invierno. Se le llama “Papá” y es anciano, entonces encarna la forma benévola de la autoridad. […] En realidad, este ser sobrenatural e inmutable, fijado una vez por todas en su forma es la divinidad de una clase de edad de nuestra sociedad, y la única diferencia entre Papá Noel y una divinidad es que los adultos no creen en él, no obstante impulsen a los niños a creer en él y alimenten semejante creencia con muchas mistificaciones.”

(Claude Lévi-Strauss, "Papá Noel", en "Raza e historia y otros estudios de antropología", 1967)


       Estimad@s Caminantes, la hermosa discusión espontánea que hoy surgió en 1C acerca de la Navidad y de sus símbolos fue muy interesante, y no es necesario asegurarles que me hubiera gustado seguir otra hora intentando explicar más en detalle la relación estrecha que hay entre los “Antepasados” -que representan el pasado de una comunidad, su historia, su memoria- y los niños -el futuro de la comunidad- tomando como punto de partida el hecho de hacer regalos a los niños en ciertas ocasiones del año, como lo es la Navidad, o el día de Santa Lucia en algunas zonas del norte de Italia.

Aquí intentaré ahondar en la cuestión de los orígenes antiguos y paganos de la fiesta que se celebra entre el 24 y el 25 de diciembre trepando la espalda de un gigante de esos estudios antropológicos, el francés Claude Lèvi-Strauss, y sentándome sobre sus hombros. No es casualidad, claro, que lo haga justamente hoy, 5 de diciembre, porque éste es el día en que se celebra un Santo del Pantheon cristiano muy especial que tiene mucho que ver con Papá Noel, osea Santo Nicola, conocido en otras latitudes como Santa Klaus. Abrochad bien el cinturón de seguridad, y buen viaje.
 
El estudioso francés desaparecido hace no muchos años es el autor -entre otras cosas- de uno de los pocos análisis rigurosos producidos sobre la figura de Papá Noel, por eso es imprescindible considerar su posición al respecto. En su famoso ensayo “El suplicio de Papá Noel” Lèvi-Strauss toma como base de estudio el proceso de la construcción de la tradición, de la evolución de un símbolo ahora tan radicado y “naturalizado” en nuestro imaginario cultural que resulta difícil comprender su camino a primeras. La noticia de crónica que estimuló el antropólogo a volver la mirada hacia esa figura semi-religiosa apareció el 24 de diciembre de 1951 en el periódico francés «France Soir».

Más o menos decía así: “Papá Noel ha sido justiciado ayer por la tarde frente a la catedral de Dijon, en el sur de Francia, y ha sido publicamente quemado ante la presencia de cientos de niños que salían de la misa. Esto ha sido decidido en acuerdo con el clero, que había condenado a Papá Noel de usurpador y erético. La acusa era que había convertido en pagana la fiesta cristiana de la Navidad y haberla ocupada sin derecho.

La quema y el suplicio simbolico de Papá Noel ordenado por las autoridades eclesiásticas como contramedida a la corrupción del sentido cristiano de la festividad fue pan para los dientes del fino estudioso, quien intentó de-construir la intricada maraña de significados y de cargas semánticas que en el tiempo se han integrado y yustapuesto hasta componer la figura tan popular del viejo bueno de nuestros días, que desde hace décadas convive pacíficamente con el Niño Jesús, pero que en 1951 era una presencia aún semidesconocida y sospechosa en el sur de Europa.

El dios "Sol Invicto" con la corona que serà de Mitra y luego de Cristo
Antes de nada, vamos a ver de dónde procede esta figura volviendo sobre los pasos de su larguísimo camino que desde la antigua Roma de los Saturnalia los lleva por Estados Unidos, y luego a nuestras casas con todos los elementos iconográficos que lo caracterizan hoyendía. Para empezar, el antepasado directo de Papá Noel es un personaje histórico, el obispo Nicola di Mira -hoy protector de la ciudad de Bari, Apulia- nacido en el siglo IV d.C. Pero cuyo culto tomó relieve en Oriente en el siglo VI y en Occidente (Roma e Italia del sur, Alemania, Francia, y luego Inglaterra) a partir del siglo IX, apoyándose en un substrato de religiosidad pagana -¡tienes razón Riccardo!- derivado de las fiestas colegadas al solsticio de invierno, que en la antigua Roma se llamaban Saturnalia. (Los particulares los expliqué en la entrada del blog dedicada a Halloween) Estas fiestas se celebraban en la semana entre el 17 y el 24 de diciembre, y estaban asociadas a la muerte y a la resurrección simbólica del sol, cuyo culto fue institucionalizado e oficializado por el emperador Adriano bajo el nombre de la fiesta del Dies natalis invicti solis, osea, “la fiesta del nacimiento del sol invicto”, fijada el 25 de diciembre. Siempre en época romana unos días después empezaban las fiestas en honor al dios Giano y a la diosa Strenia, durante las cuales era una práctica usual el intercambio de dones. Luego, con la difusión del cristianismo la Iglesia romana estableció en esa misma fecha la fiesta para el nacimiento de Jesús, ayudando la fusión sincrética de tradiciones paganas y fetividades cristianas.

El gran historiador de las religiones Mircea Eliade, rumano, definió el “ciclo de los 12 dias” -los dias entre Navidad y Noche Buena- como un tiempo de marginalidad que se sustraía al curso de la historia, un periodo de suspensión de la cotidianidad, de inversión y de revolcamiento de los roles sociales de todos los dias, osea, una suerte de antiguo y primigenio Carnaval. Los antropólogos sostienen que en los Saturnalia romanos, así como en el culto a Santo Nicola el solsticio señala una presencia de la muerte -el invierno para la práctica agrícola- que se exorciza y se supera a través de los dones y ofertas a los niños (aquí empieza lo que más los ha impactado) por su especial posición pre-social y pre-iniciática en la sociedad antigua, que los veía como “larvae”, osea seres que no aún no pertenecen plenamente al mundo de las personas, de los adultos, de la comunidad, y que están más cerca de los dioses que de los hombres: de esta manera los niños estarían considerados como una puerta entre el mundo de los vivos y él de los muertos / invisibles / dioses.
Krampus en Tirol
He recordado que aún hoyendía existen pueblos del sureste asiático, zonas rurales de Tailandia, Vietnam, Cambodia y Laos, que consideran a los niños recién nacidos como semideidades que no pueden tocar el suelo para los primeros 40 dias -duermen suspendidos en hamacas- y que no pueden tener tampoco un nombre , razón para la cual esta mañana he empezado a explicarles que en general, cada regalo que se le hace a un niño es arquetipicamente un tributo que se le paga a los antepasados de una comunidad, a los que ya no están con nosotros, a los que están cerca de los dioses, en fin una celebracíon de la continuidad entre pasado y presente de una comunidad.
Krampus

Mediador de la precaria alianza entre los dos polos de la existencia -el aquí y el allá- es también Santa Claus, variante holandesa de Sanctus Nicolaus (conocido en el mundo germánico como Niklaherr, Samichlaus, Sanda Claus) y es una versión exportada a América septentrional por las migraciones del siglo XVII: en la Europa del norte y en zonas del norte de Italia en esa época encontramos iconografias del personaje que resaltan los atributos vescoviles -tiene el gorro que se llama mitra- pero también hay atributos diabólicos, porque es un descendiente de los Krampus de los paises germánicos y de Tirol, unos cazadores con cuernos y larga lengua que raptaban a los niños malos y caprichosos, según cuentan las leyendas de esas tierras.
Americanizándose, por así decir, Santa Claus / Papá Noel pierde su doble negativo y con ése todos los atributos ambiguos del area cultural nórdica. Históricamente este cambio semántico deriva de la afirmación de los valores modernos de la afirmación de la vida privada y del crecimiento del rol económico y social de la familia como motor y eje de la naciente industrialización del siglo XIX, que provoca un cambio radical en la mentalidad de las sociedades ricas.
La iconografía actual de Papá Noel como verdadero dios de las mercancías empieza en los años '30 del siglo pasado gracias a una campaña publicitaria que la Coca-Cola Company ideó a través de la pluma del diseñador de origen sueco Haddon Sundblom. Nada más lejos de la compleja y multifacética figura original de mediador entre mundos y regimenes de sentido, el viejo gordo en rojo y blanco. 
 
Las consideraciones finales que hace Lèvi-Strauss acerca de la evolución de la figura de Papá Noel nos llevan a mirar a él como uno de los productos más eficaces de la ideología del consumismo que hoy impera en casi todo el mundo y en casi todas las sociedades humanas, pero que al mismo tiempo garantiza y alimenta -sin que nadie lo sepa, osea de forma inconciente- esa moderna forma occidental de intercambio (el “potlach”) convencional de dones y bienes que estructura las odiernas relaciones afectivas familiares y refuerza una específica memoria social, jugando todavía el mismo antiguo y pagano papel de mediador entre el moderno mundo opulento de los adultos de hoy y el mundo de los niños, herederos legítimos de los altares y divinidades de sus padres.

viernes, 25 de noviembre de 2011

LLAMAR LAS COSAS CON EL JUSTO NOMBRE

 

   La primera Salsa del blog que entra al compás de los temas recientes de nuestras discusiones no puede ser que una canción del GRUPO NICHE, una renombrada orquesta de la zona del suroeste colombiano que desde hace más de 30 años sigue marcando la historia de este género musical gestado en las aguas mestizas del Caribe, y cuyos padres son Mortero y Majadero. Sobre los orígenes y los ingredientes de esta sabrosa receta volveremos pronto con puntualidad, porque exige y merece una entrada reservada.
Esta canción del álbum de 1999 “A golpe de folklore” -la primera de una larga serie que les propondré, lo presiento- es el eterno canto del negro americano sobre su condición de marginalidad y discriminación, un lamento siempre igual a sí mismo, un eco de los antiguos cantos de los esclavos que resuenan en nuestro siglo XXI sin perder el sentido de su existir. Porque, hoy como hace 500 años, “blanco corriendo atleta, negro corriendo ladrón, blanco sin grado doctor, y el negrito es yerbatero”.
Ahora es el momento de subir el volúmen. Buena escucha a tod@s.


Han cogido la cosa
que para reirse se burlan de mi
han cogido la cosa
que pa' reirse me agarran a mi
que tengo grande la boca y la nariz
que nada bueno me
encuentran a mi
que yo soy negro que soy carabali
pero orgulloso me siento yo asi.
Han cogido la cosa
que pa' reirse se burlan de mí
han cogido la cosa
que pa' reirse me agarran a mi
Que estoy de luto desde el dia
en que naci
que trabajar no lo hizo
Dios para mi
que me tostaran como si
fuera cafe
que me colaron y
negrito quedé.
Han cogido la cosa
la cosa la han cogido
han cogido la cosa.
Blanco corriendo atleta
negro corriendo ratero
blanco sin grado doctor
y el negro es yerbatero.
No me diga moreno

digame negro
digame negro digame negro.”



jueves, 24 de noviembre de 2011

CIUDADANIA O NO CIUDADANIA, ESTE ES EL PROBLEMA...



  “Es una locura, un absurdo que los niños nacidos en Italia hijos de inmigrados no sean italianos”: 
así dijo ayer el Presidente de la República Giorgio Napolitano en medio de la algarabía del clima político de cambio y transición al que estamos asistiendo en las últimas semanas.
Volvamos a arrancar de la crónica para sentir el pulso del tiempo que vivimos caminando y del cual somos actores, y detectar las huellas de discursos e ideas sobre cuestiones fundamentales para lo que concierne una comunidad de ciudadanos como la nuestra.

Las palabras del Presidente, pronunciadas precisamente en el medio una época en la cual se vuelven a definir los objetivos del nuevo gobierno, van directas al centro del tema de la inclusión/ exclusión social del que a menudo hemos hablado y analizado suenan como brújula para los políticos para empezar a tomar otra ruta y abrir nuevos escenarios sociales, económicos, culturales para una Italia en crisis no sólo económica. 

Las preguntas sobre “quién hace parte de la sociedad con plenos derechos y quién está afuera” es de cabal importancia cuando se trata de considerar la composición de una sociedad, sus problemas, sus conflictos, sus ideas, sus aspiraciones y sus miedos. Las reacciones descompuestas y resentidas a la constatación del Presidente de parte de ciertos políticos y sectores de la sociedad son muestra inequivocable de lo mucho que hay que aprender en tema de inclusión, pluralidad e igualdad de derechos.
Veamos entonces cómo se convierte uno en ciudadano italiano.

Según nuestra Constitución la ciudadanía italiana se adquiere bajo el principio del jus sanguinis (en latín “derecho de sangre”) al ser transmitida por los padres que la tienen, tal como una enfermedad o una herencia genética, o mediante el matrimonio, o, si los padres no son italianos, por el ius soli (“derecho de suelo”) sólo al cumplir los 18 años de edad sin interrupción de residencia, osea sin haber salido nunca del pais. Además, sepan que el plazo para presentar la solicitud es muy corto, sólo un año solar. Esto se traduce en una situación en la que miles y miles de niños, niñas y adolescentes nacidos y residentes en Italia, quienes frecuentan la escuela italiana, y cuyo primer idioma es el italiano, son considerados como “extranjeros” o “inmigrantes”, unas etiquetas que los condenan a una existencia como sujetos “de serie B”, en vilo permanente entre el aquí -que es su patria- y el allá -lugar a veces desconocido que no le pertenece pero al que es condenado-.

Es cabal y útil subrayar que, en un cuadro demográfico como el italiano que ve la disminución progresiva de la taxa de natalidad entre la población de ciudadanía italiana y la tendencia contraria entre la población de origen extranjera -con o sin ciudadanía- que vive en Italia, los nuevos italianos son una componente fundamental en nuestro cuerpo social para su misma sobrevivencia. En las fábricas del Norte y en los campos del Sur son siempre más los trabajadores no italianos, e inclusive hay trabajos realizados casi sólo por extranjeros, como él de limpiador de carreteras, pastor o él muy difundido de “badante” de ancianos no autosuficientes, que por sí mismo merecería un análisis socio-económico y antropológico reservado.

-Ojalà algún antropólogo desde Hispania pudiera ayudarnos en esto...
 

Volviendo al sentido profundo que la cuestión sobre la ciudadanía subleva es imposible evitar de constatar la naturaleza fuertemente excluyente y una visión miope de la legislación italiana en temas de ciudadanía y derechos civiles, que los considera algo que no puede ser adquirido, conquistado y obtenido, sino que se hereda como parte del código genético, como algo natural, tal como tener los ojos verdes, llevar gafas o tener tez clara. Dicho de otra forma, si uno es hijo de un marroquí, automáticamente será él también marroquí, o por lo menos NO será totalmente y plenamente italiano. Ni ahora ni nunca. También la categoría social de “inmigrante” es una declinación del mismo concepto, una etiqueta que parece no poderse quitar nunca de encima, como tatuaje indelébil de identidad impuesta. Para ahondar más en este aspecto les señalo la esclarecedora entrada en castellano del blog de Manuel Delgado.

Enseguida me vienen a la mente los insoportables insultos racistas que se escuchaban hace unos tres años en los estadios -y no sólo- contra el jugador de Inter Mario Balotelli: “No existen negros italianos” decian. Quiero recordarlo aquí para demostrar que hasta el más mínimo fragmento de vida trivial de un grupo de personas puede ser interpretado como parte de un conjunto coherente más complejo de expresiones y creencias que llamamos cultura. 
 
Otra vez nos encontramos, al analizar la naturaleza de las etiquetas que les imponemos a las personas, frente al ya abordado tema de la vulgar lógica racista: para los muchos que juzgan de disparatadas y “anticonstitucionales” las sabias palabras de nuestro Presidente, ser italiano es asunto genéticamente reservado a blancos, no musulmanes y personas dispuestas a ayudar a los demás sólo “a casa loro”.



jueves, 17 de noviembre de 2011

"ALEGRIAS A CONTRAMANO" , o "sobre la incontenible voracidad del hombre"


EL  PUCHERO  DEL  HORTELANO
(en vivo en Barcelona)
"ALEGRIAS A CONTRAMANO" (alegrías)


Siempre ando a contramano,
por la calle del deseo,
y yo quisiera, primita,
comerme to' lo que veo.
Y aunque esta noche yo acabe
robando flores,
yo no puedo olvidarme
de tus olores.

Mirando atrás, un cangrejo
busca latas pa' escapar,
de las gaviotas del puerto
que son las ratas del mar.
Y allí parten petroleros
el agua por la mitad,
y suenan sus sirenas
y regalan su alquitrán.
Que lo regalan, mi
niña, pa' ti
que lo regalan pa' mi,
que lo regalan pa' to' ustedes,
pa' el que se quiera venir. 


viernes, 11 de noviembre de 2011

¿EL FINAL?











jueves, 10 de noviembre de 2011

UN MUNDO SIEMPRE MÁS MIOPE


Salvador Dalì
Ojo a este artículo que encontré en la sección salud y medicina del periódico La Repubblica: bajo mi punto de vista cabe echarle un vistazo porque es muy interesante el contenido. A ver si ustedes también piensan lo mismo que yo al leerlo y le encuentran su extensión simbólica... Yo apuesto que sí, pero vamos a ver quién lo consigue... Obviamente espero como siempre comentarios.
De todas formas aquí lo pueden encontrar con mi traducción al castellano. La fuente original está en la versión online del periódico.
¿Qué más puedo decirles sino “hasta la vista”, Caminantes? 
 
* * * 
 
Es un mundo siempre más miope. ¿La causa? Ya no miramos el horizonte.

Un estudio de dos investigadores de la Universidad de Cambridge: en los paises tecnológicamente avanzados se sufre siempre más por ese disturbio de la vista que afecta a un miliardo y medio de personas en el mundo. Y la culpa no es del PC o de la TV. Es que pasamos muy poco tiempo al aire libre.

   Ya no sabemos mirar a lo lejos. De tanto enfocar pantallas u hojas de papel, los ojos han perdido la costumbre de mirar hacia el horizonte. Y entre las consecuencias figura el aumento de la miopia en los paises industrializados. En los Estados Unidos el disturbio de la vista más común que existe (un miliardo y medio de personas en el mundo) ha aumentado del 25% del 1972 al 42% del 2004. Singapur, con la incidencia más alta del mundo, llega al 80%, mientras que un italiano sobre cuatro es miope, constringido muy a menudo a llevar gafas entre la edad de la escuela elemental y la de la universidad.

Pero los libros, la televisión y ordenadores parecen esta vez ser inocentes. Ni zanahorias ni arándanos ya son considerados una panacea. Las principales enemigas de la miopia son las horas pasadas al aire libre. Lo habían empezado a notar hace uno cuantos años, y hoy un estudio en curso presentado a la American Academy of Ophtalmology de Orlando -Florida- confirma que cada hora más durante la semana pasada al aire libre hace que la probabilidad de volverse miopes disminuya del 2% en niños y adolescentes.
Los chicos obligados a llevar gafas tienen la costumbre de pasar fuera de casa 3,7 horas por semana menos que los con 10 dioptrías, según los datos persentados por los dos investigadores de la Universidad de Cambridge, Antony Khawaja y Justin Sherwin.

Singapur
Los beneficios del aire libre no se limitan pues a la buena línea y al metabolismo. Las posibles razones por las cuales salir de casa protege de la miopia son dos. Por un lado la luz natural, mucho más brillante que los bombillos, protege la forma del globo del ojo estimulando en la retina la producción de dopamina, un neurotransmetidor que juega entre otras cosas el papel de limitar el crecimiento del globo ocular mismo. Por el otro lado, cuando nos encontramos al aire libre nuestro ojo tiende naturalmente a enfocar los objetos más lejanos, o hasta el horizonte si nos encontramos fuera de las ciudades.

La investigación junta los datos de ocho estudios llevados a cabo en los últimos cuatro años, por un total de 10.400 entre niños y adolescentes observados, donde se medía por un lado la calidad de la vista y por el otro el estilo de vida. Mientras ha resultado muy clara la relación entre la salud de los ojos y el tiempo pasado fuera de casa, ningún dato ha demostrado que la miopia es un efecto directo de las horas pasadas leyendo libros, delante de la TV o de todas formas enfocando objetos que se encuentran a una distancia de unos 30 centímetros.

Una playa de Australia
Parece entonces desacreditada también la idea por la cual la lectura y las pantallas “cansan los ojos” causando la deformación del globo ocular -disturbio que de todas maneras queda en buena parte determinado por los genes heredados-. Ni el deporte en sí mismo, practicado dentro de gimnasios o lugares cerrados, ayudaría a mantener la capacidad de ver lejos.

No es un caso que, pensando en el promedio del patrimonio genético, los niños con el “ojo de águila” son los estudiados en Australia, país de luz clara y horizontes vastos donde las horas pasadas al aire libre -14 por semana- son muchas más con respecto a Singapur -sólo                                                                                      3  horas por semana-, la capital de las dioptrías que faltan.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

BERLIN Y OTROS MUROS

    
En el día de hoy, 9 de noviembre, muchos han sido los que han celebrado el aniversario de la caida del Muro de Berlín hace 21 años. Y muchos más los que lo harán esta noche, en Alemania como en otras partes de mundo, recordando la absurdidad de una reclusión forzada durada más de cuatro décadas.


Rio de Janeiro
Entre EEUU y México
Entre EEUU y México
Entre Israel y Territorios Ocupados
   










     Recuerdo personalmente de manera muy nítida las imágenes impactantes de hombres derribando pedazos de la baja muralla a golpe de martillo o con el peso de sus cuerpos, secuencias que mostraban personas que, desde el lado del oeste, ayudaban a otras a trepar el muro para luego abrazarse como quien vuelve a encontrar a un amigo después de largo tiempo. Fotogramas ésos que llegaban por televisión en el telediario de las 8 de la tarde y que no podían sino clavarse en la memoria de un niño de 9 años para aflorar periodicamente tal como río subterraneo a cada aniversario del suceso, exactamente como lo hacen hoy. Pero personalmente yo no tengo mucho que festejar: aún quedan muchos muros que derribar en muchas partes del mundo, barreras que, igualmente a la pluricelebrada berlinés, dividen territorios, parten en dos vidas de hombres y mujeres aprisionados y segregados, o intentan de forma absurda contener el peligro aparente de la libre circulación de personas imponiendo forzosamente fronteras artificiales. Me refiero a unos de los intolerables muros que gozan menos popularidad -pero no son menos reales, tal como la violencia que imponen y con que se imponen- osea él que divide el Estado de Israel de los Territorios Palestinos, él que corre por el desierto a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, a los que separan los barrios residenciales de las ciudades latinoamericanas de las favelas, o -sin ir más lejos- a todos los muros construidos en nuestras ciudades italianas para ocultar a la vista zonas degradadas y pobres de otras de tránsito masivo urbano. Para no hablar de los muros que no vemos, porque no son de ladrillos o de cemento, pero existen aún siendo simbólicos, y nos rodean a nosotros mismos en nuestra cotidianidad marcando fronteras entre lo posible y lo imposible, entre lo soñable y lo prohibido.

 
 
A este propósito y en esta ocasión les quiero aconsejar a tod@s la visión de dos películas muy buenas que el año pasado han constituido el tema de un seminario muy interesante: “Los limoneros” / “Etz limon” (2008), delicada película israelí de Eran Riklis, y la pluripremiada “La Zona” (2007), del mejicano Rodrigo Pla. Se pueden encontrar con facilidad en la red (a través de eMule) u, obviamente, me las pueden pedir y yo se las pasaré gustosamente. Las canciones que escucharán a continuación son del cantautor mejicano Fernando Delgadillo, cuyos arpeggiatos tocan mis cuerdas de manera muy intensa. A ver si a ustedes también les hace vibrar. Hasta pronto Caminantes.


martes, 8 de noviembre de 2011

PALABRAS PARA BEA: UN POEMA DE WILLIAM OSPINA

Aquí hubo un mar hace un millón de años.
El hombre no lo sabe, más la piedra se acuerda.
Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas,
Todo de piedra ya, forma magnífica
Que se negó a ser polvo.
Ante el peñasco y el guijarro, piensa
Que acaso fueron seres dolorosos,
Sangre y pulmones palpitantes.
Entre la ciega roca
Y el trémolo extasiado de la salamandra
Tan sólo hay tiempo.


William Ospina (Padua -Colombia- 1954)



sábado, 5 de noviembre de 2011

"LA BIEN PAGA' "

 
   Este fin de semana gris y lluvioso me convoca a compartir con ustedes uno de los temas y melodías de la gran música española más conocidos e interpretados en el mundo: “La bien pagá” (contración coloquial de “pagada”). Una verdadera joya musical. Sería infinito enumerar todas las versiones que desde los años '50 han ido insuflándole vida a esta canción volviéndola inmortal, pero aquí les dejo unas cuatro versiones muy representativas, desde la histórica interpretación del mítico Miguel de Molina, hasta la reciente revisión en clave “flamenco fusión” del joven cantante  El Bicho, pasando por una versión en salsa puertorriqueña de los años '70.
A continuación va la letra, ahora, ¡a disfrutar este temazo y hasta la próxima!


lunes, 31 de octubre de 2011

LA “FIESTA DE LOS MUERTOS”, LOS NIÑOS Y EL CULTO DEL DON

   

  Todas las sociedades organizan ceremonias para conmemorar, celebrar o dar “el último saludo” a personas y eventos del calendario. La Vida y la Muerte, cada comienza y cada final, así como todo lo que concierne al cuerpo son, en la universalidad de las sociedades humanas, objetos de ceremonia. Hoy, 31 de octubre, vamos a detenernos en nuestra marcha sobre el origen y el sentido profundo de esta festividad del “día de Todos los Muertos”/ “Halloween”.
In primis hay que tomar en cuenta que cada actividad ritual (osea todo tipo de fiesta, sea religiosa o no) suele desarrollarse en los momentos transcendentales de cambio de la existencia individual o colectiva y nace de nuestras propias emociones. “Ritualizar” consiste en traducir esas emociones que albergan tanto en el síngulo hombre como en la totalidad de un grupo, en un relato simbólico, como lo es efectivamente el mito, que es a su vez una modalidad para dar sentido a las ocurrencias de la vida en cuanto fenómenos de la naturaleza. Siempre el hombre ha necesitado “explicarse” el porqué de las cosas, en todas las edades desde la prehistoria, ha inventado formas y complejos sistemas narrativos para codificarlas, para “dominarlas” y no ser dominado por ellas, como en cambio ocurre en el reino animal. Para nosotros nada ocurre “así porque sí”.
Los ritos funerarios al igual que las festividades de conmemoración de los difuntos expresan, dentro de un grupo social, la solidaridad entre los vivos y los muertos porque regulan el luto -las señales de dolor- y aseguran el status del difunto para que una vez integrado en el mundo de los antepasados/ ancestros pueda participar otra vez de la continuidad del grupo, siendo un signo del pasado, osea de la historia del grupo mismo. Diciéndolo de otra forma, ninguna sociedad puede pensar a los vivos olvidándose de los muertos, ellos son la cara invisible del mundo, su revés, porque simplemente no hay vivo que un día no se convierta en un muerto: la conciencia de la muerte –distinta del mero conocimiento instinctivo animal- es en fin uno de los rasgos constitutivos de la cultura humana. Es por eso que hay que saber relacionarse con ese mundo también, para vivir en éste con equilibrio
Dicho esto, vamos a ver brevemente sin pretensiones de exaustividad qué es la festividad religiosa cristiana del “Día de lo muertos”, de dónde procede, y qué relaciones tiene con otras tradiciones como la celta de “Halloween”, intentando mostrar el substrato común que hoy les permite yustaponerse y fusionarse entre ellas en nuestras sociedades de la era consumística.

El célebre escritor siciliano Leonardo Sciascia decía que “el cristianismo permitía esas explosiones propiamente paganas, en el sentido más corriente de la palabra paganismo; esos rituales, esas fiestas, esa proyección y personificación de la materia y de las instancias de los mitos, por su constante actualidad en la vida de las comunidades”. Esta definición se ajusta de forma perfecta a una fiesta como la de “Todos los Santos”, considerada un unicum con el “Día de los muertos”, jornadas aparentemente dedicadas al luto y al dolor, pero que en muchas partes del mundo cristiano y católico se vive de forma alegre y lúdica, dedicada príncipalmente a los niños y al valor simbólico de la comida, principalmente en los países mediterraneos y en la América hispanizada.
Panoramix, el Druido
Sus orígenes tal como las conocemos hoyendía remontan al año 835 d.C. de la era cristiana, pero es mucho más antigua. La invasión de los romanos en el norte de Europa hizo que el mundo mediterraneo se mezclase con la cultura celta y germánica. Los romanos fusionaron las tradiciones celtas con sus Fiestas de Pomona, dedicadas a la diosa de la fertilidad, y así el primigenio Halloween de los celtas pudo sobrevivir al paso del tiempo conservando gran parte de su espíritu y algunos de sus ritos. 
El Papa Gregorio III fue el primero que estableció la fiesta en el calendario religioso, ya que la Iglesia católica no conseguía extirpar los antiguos cultos paganos de la cultura celta de los pueblos del norte de Europa, cuyo calendario indicaba el 31 de octubre como último día del año, corrió la fiesta de “Todos los Santos” del 1 de mayo al 1 de noviembre esperando así poder otorgar un nuevo significado cristiano a esos ritos profanos.
Según el año druídico, el 1 de noviembre era el “Samhain”-palabra celta que significa literalmente “todas las almas”- el final del año para la actividad pastoricia y primer día del invierno, cuando la noche se vuelve más larga del día, el comienzo del reino semestral de la Oscuridad, cuando las horas de oscuridad son más que las horas de luz. Una Noche Buena hecha y derecha, en fin una buena ocasión para celebrar el final de un ciclo y el comienzo de otro. Esta vigilia se llamó "All Hallows' Eve" (Vigilia de Todos los Santos) y con el paso del tiempo su importancia fue creciendo y su pronunciación fue cambiando hasta terminar en lo que hoy conocemos como "Halloween".

Para una sociedad como la de los Celtas, un pueblo que se dedicaba a la agricultura y el pastoreo, esta fecha tomaba una importancia muy particular. La vida cotidiana cambiaba radicalmente: los animales se conducían desde las montañas hacia los valles, se recogían los últimos frutos, los campos dejaban de producir alimento y se preparaban para la nueva siembra, las personas tendían a pasar más tiempo dentro de las casas para transcurrir bajo un techo las largas y frías noches del norte de Europa, empeñándose en trabajos de artesanía, construyendo utensilios y pasando las noches contando historias y leyendas. Los Celtas creían que en esa noche llena de magia todas las leyes físicas que regulaban el espacio y el tiempo se suspendían en vilo, volviendo posible la fusión del mundo real, él de acá, él de los vivos, y el mundo de allá, él de los muertos. Durante esa noche las almas de los difuntos podían volver a visitar a la familia y a la comunidad de los vivos: para no ser poseídos los campesinos y arrieros de la aldeas solían convertir sus casas en lugares fríos e inhóspitos apagando las hogueras, volviendo sus cuerpos horribles e irreconocibles disfrazándose de monstruos, y yendo de casa en casa para espantar y ahuyentar todos los espíritus que encontraban. En muchas culturas encontramos la misma tradición y uso, pero en momentos del año distintos: en todos los casos podemos sin duda afirmar que la matriz común es la convicción según la cual los muertos vuelven cíclicamente al mundo de los vivos para tener contactos con ellos y reafirmar su presencia invisible pero real. Piénsese simplemente a la figura del zombie de origen africano, o del vampiro de la Europa eslava, con todas sus representaciones que llegan hasta nuestros días en las formas más fantasiosas y espectaculares a las cuales el cine nos ha acustumbrado.

Antes se ha dicho de paso que la ritualidad del Día de los muertos cristiano tiene mucho que ver con los niños y la simbólica de la comida, entendida como don, como regalo. En la tradición del area mediterranea se suelen regalar dulces particulares a los niños -los llamados “dulces de los muertos”, cuya característica común es la presencia de habas, porque en la antiguedad se pensaba fuese la comida de los difuntos- y se llevan flores y adornos a las tumbas de los familiares difuntos. Toda esta ritualidad se basa en el concepto de “don” que en la vida de todos los días se traduce con la frase “sólo es un detalle” (nuestro “basta il pensiero” italiano): los padres y familiares solían tradicionalmente externar su afecto diciendo que el regalo lo hacen los muertos, y de esta forma vehiculan también el mensaje importante de la tradición y de la identidad que los vinculan en cuanto vivos al mundo de los muertos. Además, este elemento simbólico y ritual del don es para que los niños aprendan a vivir una relación tranquila y “natural” con la muerte, una lección que se concretiza también a través de la exorcización de un lugar como el cementerio. Junto a los niños las comunidades visitan a sus difuntos en los camposantos: no es raro ni casual que hasta en nuestros días sobrevive la tradición de almorzar y cenar sobre las tumbas o en las capillas de familias, una práctica ésta que se puede encontrar vigente en la América central, en países como México para citar uno.

Hoy la Fiesta de los muertos para los niños y adultos de nuestra parte de mundo tiende a ser vivida como un segundo carnaval más que como ritual conmemorativo, siendo el signo tangible del consumismo globalizado que está reemplazando, neutralizándola, la transmisión de la memoria y el vínculo con los ancestros. Este, en mi opinión personal, es elemento más interesante y determinante para comprender el éxito que va ganando en Italia como en España o Latinoamérica una fiesta como el moderno, consumístico y algo vacío Halloween norteamericano que tiende visiblemente a substituirse a las fiestas y sensibilidades tradicionales de nuestro area cultural, las cuales no se han de interpretar a la fuerza sólo como “religiosas” en sentido estricto, sino como conjunto de significados y valores compartidos por una comunidad. No se ha la tendencia de los padres a comprar unas máscaras y unos disfraces a los niños para que salgan en desfiles estandardizados de fantasmas, monstruos, brujas con calabazas y esqueletos por las calles de nuestras ciudades y pueblos, virtualizando y caricaturizando así la idea de la muerte, en vez de perpetuar la memoria de los ancestros, es decir la conciencia de la necesaria relación de co-presencia entre nuestro Pasado y nuestro Presente.

De todos modos, y de cualquier forma ustedes querrán celebrarla, que pasen una feliz Noche Buena.