En mis vagabundeos de inter-nauta suelo adoptar una actitud que podríase definir “de cabotaje”, tal como la antigua técnica de navegación de los exploradores portugueses, quienes surcaron los siete mares tomando como puntos de referencias fijos unos cabos en las costas conocidos y relativamente cercanos entre sí para explorar circumnavegando tierras desconocidas y lejanas del punto de partida. Uno de los puertos del maremagnum de la internet en que suelo morar gustosamente es el blog bilingüe catalán / castellano “El cor de les aparences” del antropólogo Manuel Delgado, Profesor universitario e incansable investigador barcelonés, lo cual entre otras cosas ha servido de inspiración para yo concebir este mismo blog al compartir su mismo espíritu y tensión relacional.
-Aquí tienen el enlace a la página principal para que lo visiten: http://manueldelgadoruiz.blogspot.com/ -
Hace unos días, en una de mis frecuentes moradas por esas costas dí con un relato en versos que me llamó mucho la atención por su hermosa sencillez y su poder evocativo: en cierto sentido el poema es una metáfora certera de la condición de todo caminante quien logra liberarse de ataduras mentales y etiquetas impuestas desde el exterior. ¿Quién ha dicho que un clavo sólo nace para ser clavado en un pedazo de madera, y ahí gastar toda su existencia?
¿Cómo podía entonces no compartirlo en este espacio? Inevitable. Aquì va el poema acompañado de mi traducción que intenta restituir el ritmo y el sentido de las palabras. A continuación, a guisa de colofón y homenaje al Maestro catalán podrán escuchar la canción “Vagabundear” de J.M.Serrat, de 1971, y el controcanto “Ma andate a” del genovés Gino Paoli en la cover del mismo tema, fechada 1974, tomada del -casi olvidado- disco dedicado a Serrat cuyo elecuentísimo título era “I semafori rossi non sono Dio”. Ahora dejemos la palabra a la historia de Clavo:
"Entre una puerta que crujía ruidosamente al respirar
una mesa coja que bailoteaba sin cesar
y un escuchimizado cojín inapetente
Tan delgado como un micro filete
Vivía un clavo muy torpe que no paraba de darse golpes.
Pobre clavo gritaban los demás,
Como puedes ser tan torpe,
Ya no tienes punta donde clavarte
Ahora solo tienes moratones
Clavo que era muy paciente
Les seguía la corriente,
Y ensimismado pensaba
¿Cómo puede estar tan equivocada esta gente?
¿Es que no me entienden?
mientras no tenga punta
mi cabeza seguirá junta
Pasaban los días entre crujidos bailoteos y hambruna
Y clavo en sus trece,
tropezando más de 20 veces.
Tenemos que hacer algo,
cuchicheaban todos en ese pequeño inmueble
sabemos lo que clavo siente
y mesa con su bailoteo tomó el mando de teniente
puerta a ver si entre crujido y crujido tu madera cedes
cojín aunque escuchimizado ayudar también puedes
Libérate de un poco de esa escasa espuma
que para un pequeño vendaje es más que suficiente
Agarró en un plis plas a clavo dejando a este perplejo
Cojín con su espuma le fabrico un bombín
Y puerta lo alojó donde su madera cedió
Clavo no podía creerlo
Finamente había sido clavado
pero su cabeza estaba al completo
Cual faquir protegida con el bombín
Había dejado de tener punta
Pero su cabeza estaba aún mas junta"
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Tra una porta che scricchiolava respirando rumorosamente / un tavolo zoppo che ballava senza sosta / e un livido cuscino inappetente / smunto come un microfiletto / viveva un chiodo un po' maldestro che non smetteva di prendere colpi. / Povero chiodo gridavano gli altri, / come puoi essere così maldestro, / non hai più una punta dove conficcarti / ora hai solo grossi lividi. / Chiodo, che era molto paziente, / li lasciava dire come fosse niente, / e dentro sé pensava / come può sbagliarsi così questa gente? / Sarà che non mi capiscono? / Finchè non avrò una punta esatta / la mia testa resterà intatta. / Passavano i giorni tra scricchiolii sballottamenti e fame nera / e Chiodo si impuntava, / e 20 volte al giorno inciampava. / Dobbiamo far qualcosa, / parlottavano tutti in quella piccola casa, / sappiamo come Chiodo si sente / e Tavolo con il suo balletto prese il ruolo di tenente , / tu, Porta, vedi se tra scricchiolio e scricchiolio cedi un po' dei legni tuoi / tu, Cuscino, sebbene livido anche tu aiutar puoi / liberati di un po' della tua stoffa / che per un piccolo bendaggio è più che sufficiente. / Tavolo avanzò con un gran salto, / afferrò in un baleno Chiodo lasciandolo perplesso, / Cuscino con la sua stoffa gli fabbricò un turbante / e Porta lo accomodò dove il suo legno aveva ceduto. / Chiodo non poteva crederci / alla fine era stato incastrato / ma la sua testa era tutta al completo / come un fachiro protetta dal turbante / aveva smesso di aver una punta esatta, / ma la sua testa era ancora più intatta.
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