jueves, 26 de septiembre de 2013

¿POR QUÉ VIAJA UNO? MARCO POLO RESPONDE AL KAN


                                                           [...]

—Los otros embajadores me advierten de carestías, de concusiones, de conjuras, o bienme señalan minas de turquesas recién descubiertas, precios ventajosos de las pieles de marta,propuestas de suministros de armas damasquinas. ¿Y tú? — preguntó a Polo el Gran Kan—.
Vuelves de comarcas tan lejanas y todo lo que sabes decirme son los pensamientos que se leocurren al que toma el fresco por la noche sentado en el umbral de su casa. ¿De que te sirve,entonces, viajar tanto? — Es de noche,estamos sentados en las escalinatas de tu palacio, sopla
un poco de viento — respondió Marco Polo—. Cualquiera que sea la comarca que mispalabras evoquen en torno a ti, la verás desde un observatorio situado como el tuyo, aunque enel lugar del palacio real haya una aldea lacustre y la brisa traiga el olor de un estuariofangoso.
— Mi mirada es la del que esta absorto y medita, lo admito. ¿Pero y la tuya?
Atraviesas archipiélagos, tundras, cadenas de montañas. Daría lo mismo que no te moviesesde aquí.
El veneciano sabía que cuando Kublai se las tomaba con él era para seguir mejor el hilo de sus razonamientos; y que sus respuestas y objeciones se situaban en un discurso que ya se desenvolvía por cuenta propia en la cabeza del Gran Kan. O sea que entre ellos era indiferenteque se enunciaran en voz alta problemas o soluciones, o que cada uno de los dos siguiera rumiándolos en silencio. En realidad estaban mudos, con los ojos entrecerrados, recostados sobre almohadones, meciéndose en hamacas, fumando largas pipas de ámbar.
Marco Polo imaginaba que respondía (o Kublai imaginaba su respuesta) que cuanto más se perdía en barrios desconocidos de ciudades lejanas, más entendía las otras ciudades que había atravesado para llegar hasta allí, y recorría las etapas de sus viajes, y aprendía a conocer el puerto del cual había zarpado, y los sitios familiares de su juventud, y los alrededores de su casa, y una placita de Venecia donde corría de pequeño.
Llegado a este punto Kublai Kan lo interrumpía o imaginaba que lo interrumpía, o Marco Polo imaginaba que lo interrumpía con una pregunta como: —¿Avanzas con la cabeza siempre vuelta hacia atrás? —o bien:—¿Lo que ves está siempre a tus espaldas? —o mejor:— ¿ Tu viaje se desarrolla sólo en el pasado?.
Todo para que Marco Polo pudiese explicar o imaginar que explicaba o que Kublai hubiese imaginado que explicaba o conseguir por último explicarse a sí mismo que aquello que buscaba era siempre algo que estaba delante de él, y aunque se tratara del pasado era un pasado que cambiaba a medida que él avanzaba en su viaje, porque el pasado del viajero cambia según el itinerario cumplido, no digamos ya el pasado próximo al que cada día que pasa añade un día, sino el pasado más remoto. Al llegar a cada nueva ciudad el viajero
encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.
Marco entra en una ciudad; ve a alguien vivir en una plaza una vida o un instante que podrían ser suyos; en el lugar de aquel hombre ahora hubiera podido estar él si se hubiese detenido en el tiempo tanto tiempo antes, o bien si tanto tiempo antes, en una encrucijada, en vez de tomar por una calle hubiese tomado por la opuesta y después de una larga vuelta hubiese ido a encontrarse en el lugar de aquel hombre en aquella plaza.
En adelante, de aquel pasado suyo verdadero e hipotético, él está excluido; no puede detenerse; debe continuar hasta otra ciudad donde lo espera otro pasado suyo, o algo que quizá había sido un posible futuro y ahora es el presente de algún otro.
Los futuros no realizados son sólo ramas del pasado: ramas secas.
—¿Viajas para revivir tu pasado? —era en ese momento la pregunta del Kan, que
podía también formularse así: ¿Viajas para encontrar tu futuro?
Y la respuesta de Marco:
—El allá es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendrá.


Italo Calvino, "La ciudades invisibles", 1972


"SOÑANDO EL CAMINO" - FERNANDO DELGADILLO - 2001


Hace dias que el camino va tirando mas lejos,
lejos de las colinas y esos solares viejos,
que me son familiares y que aprendi a querer
como quiero y conozco todo lo que se fue

Hace dias te contaba que me alejo y respiro
flores de otros jardines, polvos de otros caminos
que me observan lugares y gente que jamas
se acordo de los tantos que nos siguen detras

Hace tardes enteras que se asoma la noche
entre malos presagios y negros nubarrones
que cuelgan del cielo y me esconden del sol
y me dejan pensar que soy yo el que no estoy

Hace dias que tropiezo y me aferro a la marcha
bajo el rayo del sol y el fresco de la escarcha,
se que hay cosas que quedan y cosas que pasan
y entre cosas que pienso, pienso en volver a casa

Hace ya tantos dias que la luna lejana
se ha colado en el cielo desde horas mas tempranas
y su luz de satelite antigiuo y distante
me ilumine las noches de camino menguante

Y hace tiempo no puedo calmarme estas ansias
que me dejo un amor, que ocultan las distancias,
pero nada me dice que sigue adelante,
si el lugar que busque o el fin del caminante
que de tanto andar se perdio en el paisaje
y de lejos se ve continuando su viaje

La cancion compañera, mi guitarra o baston;
sueños que se perdieron clamando perdon
y antes de irse olvidando se atan a mi si no
y me muero a lo lejos, estos dias de camino

Hace mas de cien meses, cien que no te miro,
que lo unico que aliva el dolor son suspiros
que he olvidado los rostros de aquellos que quiero
y no alcanza el dolor ni todo el desespero

Y me inhundan los ojos gruesos goterones
y se van a volar las imaginaciones
de vuelta al pasado mas siempre me alcanzan
soñando el camino para volver a casa.


domingo, 22 de septiembre de 2013

TRES TEMAS PARA DESPEDIR EL VERANO




Camarón de la Isla - “Este verano”, bulería a palo seco (sólo cante y palmas)




El Gran Combo de Puerto Rico, “Un verano en Nueva York”, en vivo, 1970





Silvio Rodríguez, “Sueño de una noche de verano”, en vivo, 
San José de Costa Rica, 1989

" Yo soñé con aviones
que nublaban el día,
justo cuando la gente
más cantaba y reía,
más cantaba y reía.

Yo soñé con aviones
que entre sí se mataban
destruyendo la gracia
de la clara mañana
de la clara mañana.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?


En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Anoche tuve un sueño
y anoche era verano
oh verano terrible
para un sueño malvado,
para un sueño malvado.

Anoche tuve un sueño
que nadie merecía
¿Cuánto de pesadilla
quedará todavía,
quedará todavía?

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y con gente
que se estremecía
al compás de la muerte,
al compás de la muerte.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y oscuro
y espero que mi sueño
no sea mi futuro,
no sea mi futuro.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre 
lo va a lamentar..."