Felicitaciones
póstumas les llegan adrede sólo hoy, un día después de la fecha-monumento, por
una razón sencilla pero fuerte.
El “Día de la Mujer y de su dignidad” personalmente
debería tener una vigencia permanente en las agendas políticas y privadas tanto
de hombres como mujeres de esta parte de mundo falocéntrico y machista, para
dejar de ser cual vuelo de mariposa, hermoso pero efímero y caduco.
Más bien, para
dejar de ser, de existir.
Hago mío por tanto el pensamiento del argentino Ernesto
Guevara acerca del fin último de la guerrilla -de cualquier guerrilla de
liberación, hasta la que se vive dentro de la Escuela misma- por su adhesión y
consonancia con el “Dia de la Mujer” : para él su objetivo más grande era
desaparecer. Dejar de existir por innecesario y superado.
A toda
Caminante hoy le dedico entonces un poema de Agustín García Calvo (1926-2012), musicado
e interpretado por el cantautor gallego Amancio Prada, cuyas palabras expresan
de una forma desarmante quizás la cumbre más alta del verdadero amar y respetar,
lejos de la posesión, brazos abiertos a la libertad.
“LIBRE TE
QUIERO” :
Libre te
quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mío.
Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.
Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.
Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
se despereza,
pero no mía.
Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.
Pero no mía.
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera. ”
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido. ”
(Luís Cernuda, 1936)
Inventario de lugares propicios al amor :
Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:
quicios de puertas orientadas al norte,
orillas de los ríos,
bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben
la caricia ( con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas
-sin interés alguno-
en niños, perros y otros animales)
y el «no tocar, peligro de ignominia»
puede leerse en miles de miradas.
¿Adónde huir, entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
de vaciar el alma de ternura
y llenarla de hastío e indiferencia,
en este tiempo hostil, propicio al odio. “
(Angel González, 1967)
“ Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
me parece posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con la niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.
Cuando miro de noche en el fondo
oscuro del cielo
las estrellas temblar como ardientes pupilas de fuego, me parece posible a do brillan subir en un vuelo y anegarme en su luz, y con ellas en lumbre encendido fundirme en un beso. En el mar de la duda en que bogo ni aun sé lo que creo; sin embargo estas ansias me dicen que yo llevo algo divino aquí dentro. “
(Gustavo Aldolfo Bécquer, 1871)
“ Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para que me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importaba burlar lazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía. “
(Sor Juana Inés De La Cruz, 1648-1695)
Si recordaras, amor mío, qué es lo que te aguarda
tras las
seguras paredes de la espera.
Si recordaras cómo ¡y qué cruelmente! el deseo atendido
oculta su puñalada de decepción.
Si recordaras que, una vez que la pasión estalla, el secreto
deja de ser escudo y huída,
no me insistirías para que te mostrara, para que te ofreciera,
para que te otorgue.
Sino que te resignarías a sobrevivir dentro de mí en el dúctil
territorio de los sueños, donde todos los modos de
ternura
que puedas inventar son permitidos, toda tempestad
música
y ningún temor es irrevocable.
Si recordaras, Amor mío, qué es lo que te aguarda tras las
seguras paredes de mi corazón,
no me obligarías a levantarme en armas contra ti, a detenerte,
a desmentirte, a amordazarte, a traicionarte...
antes de que te me arrebaten, dulce silencio mío,
mi único tesoro, insensato e irreductible sentimiento.
(Ana Rossetti, 1995)
* * *
“ Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.”
(Mario Benedetti, 1973)
* * *
CANTECA DE
MACAO, "CANCIÓN DEL NO AMOR" - Maketa, 2009 :