El dios Ianus, moneda, 211 a.C. |
Días intensos y
convulsionados éstos para la política italiana y para los italianos, en vilo ante el
precipicio de la incertidumbre y los
peores presagios de nuevos inquietantes escenarios de viradas autoritarias y
reaccionarias.
Para orientarse un poco mejor y esbozar una anatomía del partido/movimiento
de Beppe Grillo, el “Movimiento 5
Estrellas”, he aquí mi traducción de un artículo de la semana pasada tomado
de un periódico italiano que proporciona una lectura acertada y realística de
dicho movimiento político que es definido “bifronte”
como el dios etrusco y romano de las máscaras Ianus, mejor dicho de la doble máscara, cuya verdadera cara es
otra, la tercera, invisible. La doble máscara del dios introduce y es
iniciadora del misterio de la apariencia y efectivamente es un símil muy
acertado.
El periodista Loris Caruso arroja luz en su artículo sobre esa otra
cara del movimiento que ya empieza a vislumbrarse paulatinamente en estos primeros
días post-electorales que convocan a Grillo, a los Representantes 5 Estrellas elegid@s en el Parlamento y a
sus electores a la decisiva prueba de fuego. Cruzado, por supuesto.
Un
movimiento bifronte:
Desde hace meses, los comentaristas están divididos: hay los que consideran
que el Movimiento 5 Estrellas es una “costilla de la izquierda” y los que lo
consideran una organización populista, mayormente de derechas, en algunos casos
tendencialmente fascista. Ambas opiniones están en lo cierto.
Se ha hecho
hincapié en varias ocasiones en que el contenido ambientalista del programa y
la insistencia en la democracia directa y participativa aproximan el M5S a la
izquierda libertaria y ecologista de los años setenta y ochenta.
Resulta
particularmente rompedora la fuerza del mensaje participativo, lanzado por el
M5S con una radicalidad y una eficacia que ningún movimiento político de la
izquierda reciente ha logrado alcanzar: la cancelación de la diferencia entre
representados y representantes, la sustitución de la delegación por la
participación y la destrucción de la política como profesión. Sin embargo,
¿dónde está, en el M5S, la “derecha”? En primer lugar, en una posible evolución
de este ideal democrático mismo. Si se percibe como objetivo que una única
fuerza social realmente pueda ir auténticamente en contra de todas las demás
(partidos políticos, sindicatos, etc.), la hiperdemocracia puede
convertirse en su opuesto.
Una fuerza política como el M5S que reclama sólo para sí una auténtica naturaleza democrática, puede presentar como hiperdemocráticas todas sus opciones, incluso las que restringen los actos democráticos. Si la democracia radical prevé el final de los partidos, no es imposible imaginar que frente a una previsible oposición de éstos a su extinción, dicho final esté determinado por un eventual Gobierno de 5 Estrellas, a través de forzamientos no democráticos.
En segundo
lugar, el nivel de “virtud” que exige el M5S a sus propios representantes y
activistas es tan alto (por ejemplo, prevé la supresión de cualquier tipo de
ambición personal) que sólo es alcanzable mediante un rígido control
centralizado. Lo cual en realidad ocurre ya en el Movimiento mismo, en el que
se trata de impedir la aparición tanto de protagonismos individuales como de
organismos colectivos que actúen como un contrapeso al papel de Grillo y
Casaleggio. Entre los líderes y los numerosos activistas y miembros electos
individuales, que deben seguir siendo individuales y tendentes a permanecer en
el anonimato, no debe haber nada. De lo contrario, advierten Grillo y
Casaleggio, “nos convertimos en un partido.” Con el resultado de que, en este
momento, en su estructura nacional el M5S nacional es un organismo mucho menos
democrático que un partido. Si este es el modelo de Estado que los dos líderes
del M5S tienen en mente, no es muy tranquilizador.
De hecho, es
un modelo que reproduce exactamente la forma del llamado “capitalismo
cognitivo”. Como se ha señalado en varias ocasiones, entre otros por Carlo
Formenti, la economía de la Red se caracteriza por una vasta participación
desde abajo (de usuarios, consumidores, activistas de medios, etc.) y por una
restricción piramidal en la parte superior, es decir, el papel oligopólico de
unas pocas empresas muy grandes (Google, Amazon, etc.). El M5S aparece
organizado de una manera similar. Tal vez sea esta analogía entre su forma y la
de la economía de la Red lo que explica, en parte, su éxito.
Que este es el modelo, lo sugiere la relación que el M5S establece con los movimientos. En un reciente acto de campaña en Susa, Grillo hizo arriar las banderas “No-Tav” (1) : “Ya no sois un comité de protesta, ahora somos todos ciudadanos.” Ahora os represento yo, es el mensaje. En mi Todo hay también espacio para ti, no es necesario que expreses autónomamente tu punto de vista.
Esta es, de
hecho, la relación predominante que Grillo establece con los movimientos cuyas
luchas comparte. Rara vez esta relación es un esfuerzo conjunto, un propósito
compartido. Con más frecuencia, el M5S trabaja de forma independiente y
“paralela” en los mismos temas de los movimientos, tratando de representarlos
en el plano electoral y presentando estas luchas como propias. La idea de ser
una Totalidad, la representación de un mundo de ciudadanos indiferenciado en
cuanto a la condición social y la orientación política, es lo contrario de la
historia y la naturaleza de la Izquierda, basadas en la construcción de una
“parcialidad organizada”. La crisis de la propia idea de parcialidad, la
aparición de esta “voluntad de Totalidad” es probablemente una de las causas de
la crisis histórica de la izquierda.
Grillo
también ha desplazado gradualmente hacia la derecha su discurso político, haciendo
suyos temas como la protesta contra los impuestos, la asunción del pequeño
empresariado como propia referencia social, o la libertad de empresa vista como
algo bueno en sí mismo.
En tercer
lugar, ajena a la izquierda es también la figura del creador de M5S. La firma
Casaleggio y Asociados es una empresa de punta del marketing en red. Su red de
relaciones incluye Confindustria, lobbies italianos como Aspen, lobbies
internacionales como la American Chamber of Commerce (Cámara estadounidense de
comercio), y grandes empresas multinacionales, especialmente de la tecnología
de la información y del entretenimiento.
¿Puede un
proyecto surgido en este entorno favorecer los intereses de las clases
populares? ¿O es plausible pensar que ofrece oportunidades a las élites
económicas? La valoración de los resultados electorales del M5S que han hecho
los entornos de Goldman Sachs y Confindustria permiten pensarlo.
¿Y pues? El
Movimiento 5 Estrellas es tan de izquierdas como de derechas, es tan
hiperdemocrático como autoritario. Incluye en sí mismo todas las formas en que
la políticas representativas ha sido cuestionadas en los últimos años desde
arriba y desde abajo: es a la vez un movimiento social, un partido-empresa y un
partido personal. Contiene en sí la idea de la politización total de la
sociedad (“no me votéis, ¡activaos!”) y la idea de una despolitización
tecnocrática en la que la administración reemplaza a la política (las
capacidades en lugar de las pertenencias). Es profético (la Utopía acrítica de
la Red) y antiprofético, es decir, opuesto a la tipología específica de
profecía política que es la ideología moderna.
La crisis de la democracia representativa encierra dos
resultados posibles: el autoritarismo tecnocrático, quizás decorado con algún
elemento participativo; y la democracia participativa. El M5S contiene en sí en
ambas posibilidades. Y de esta coparticipación deriva su éxito: las
dificultades de una construcción “asambleísta” del proceso de decisión política
se obvia por medio del verticismo. Su éxito indica que, utilizando el lenguaje
de Gramsci, en la política contemporánea se da una nueva oscilación de la
“guerra de trincheras” (en la que las alternativas políticas se incluyen en el
orden existente) a la “guerra de movimientos”, en la que están en juego el
orden existente mismo, y las formas generales de la política y la economía.
Este paso
abre un nuevo campo de posibilidades a la izquierda. A condición de que sepa
cómo jugar a este nivel. De que sepa organizar, junto a su propio modelo de democracia
radical, un proyecto global de sociedad. Lo que está en crisis no es sólo la
representación sino también el capitalismo. A este respecto, Grillo no dice
(casi) nada: éste es nuestro trabajo, éste es nuestro terreno. Actuar a este
nivel significa, en mi opinión, construir un nuevo sujeto plural que sepa
federar las luchas por los bienes comunes, el movimiento anti austeridad, las
luchas del trabajo, el mundo del trabajo dependiente y el del trabajo
“cognitivo”, tratando de construir una alternativa global de sociedad, un
proyecto de “democracia de los bienes comunes”, la idea innovadora de un
“socialismo del siglo XXI”.
1. “No TAV” es un movimiento popular
italiano de gran impacto social y mediático, surgido en los años 90 y opuesto
al desarrollo de estructuras ferroviarias de alta capacidad y alta velocidad
(conocidas como TAV: trenes de alta velocidad), de las que adopta, en negativo,
el nombre. De los TAV cuestiona su excesivo coste, escasa utilidad, impacto
medioambiental y perjuicios a la salud humana (N. del t.).
Loris Caruso - Il Manifesto, 11/03/2013
“Qué días más intensos éstos /
no sé pa’ ti pero pa’ mi cada instante escarba más adentro /
mi alma se entrega, no guarda descanso /
y las cicatrices son mapas en mi piel que orientan mi vida... ”
no sé pa’ ti pero pa’ mi cada instante escarba más adentro /
mi alma se entrega, no guarda descanso /
y las cicatrices son mapas en mi piel que orientan mi vida... ”
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