viernes, 22 de marzo de 2013

"SAPERE AUDE", OSEA, ELOGIO DEL ATREVIMIENTO


    Ya lo sabemos, querid@s Caminantes, abrir nuestras vidas al mundo fuera de un@ mism@ -lo que el estudio de cualquier idioma extranjero implica- y no cerrar las puertas a la experiencia que la vida nos ofrece encerrándose en la muralla de la rutina y de las certidumbres es la acción madre de cada aventura. Y cada aventura es aventura de aprender.
Sólo atreviéndose a exponerse a lo imprevisible, lo novedoso y lo diferente que el viaje de la vida reserva nos enriquecemos y nos convertimos en personas mejores.

Me gusta recordar un episodio de la antigua historia china que el escritor Jorge Luís Borges cuenta en su famoso cuento “La muralla y los libroscomo glosa del cuento “Durante la construcción de la muralla china” de Franz Kafka: cuando el famoso emperador Shih Huang-Ti (259 a.C. - 209 a.C.), unificador de los antiguos seis reinos decidió hacer erigir una muralla que rodease y protegiese el vasto imperio del peligro de invasiones, intentando encerrar y congelar un pueblo y un territorio dentro de sí mismo, ahí fue cuando empezó la lenta decadencia de su vida y de su entera dinastia Qin.

Shih Huang-Ti, muy supersticioso y obsesionado por el miedo a la muerte y el pasado -su nombre significa “el primer Emperador”- comenzó a viajar en busca de magos y alquimistas para encontrar una el antídoto para la inmortalidad. Prohibió que se mencionara la muerte en su entorno, temía contantemente ser víctima de un atentado, por lo que se escondía en un palacio con tantas habitaciones como días tiene un año para dormir cada noche en una cama diferente. Así buscaba desorientar a quienes pretendían –aseguraba- asesinarlo. En el año 206 a C. ya su dinastía Qin había desaparecido. Tres años habían transcurrido de su muerte y quince de la unificación de los seis reinos, y todavía los chinos trataban al emperador como un pariente conflictivo, inhumano, ignorante y supersticioso que pretendía encerrar la vida y las certidumbres propias y las de todo un pueblo dentro de una muralla, para así dejar afuera toda posibilidad de influencias, comunicación, movimientos, en fin, de contacto con todo lo que es distinto de sí mismo. Una magnífica alegoría de la xenofobia en sentido amplio, esta historia.

Tal vez sea la palabra de poetas y cantautores la que nos ayuda a ahondar en el tema de forma más natural y directa, y es por eso que a continuación vamos a detenernos sobre unos poemas y canciones de autores, cuyas palabras son un elogio al atrevimiento y un himno a todos los síes que generan vidas y caminos.
Una vez más, buen viaje a Tod@s sobre las alas de los versos. 

* * *
 
“PALABRAS FUNDAMENTALES” - NICOLAS GUILLEN  (musicado por Pablo Milanés):


Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.
Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.
Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
ofrece algún obstáculo a tu intento,
sacude el ala del atrevimiento,
ante el atrevimiento del obstáculo.

* * *


“DE CERCAS” - FERNANDO DELGADILLO :

Del otro lado de la cerca
el verde se asomaba igual
que el verde de este lado donde
el sol y yo estamos de pie.

Hasta el sendero sigue
bajo de la cerca que alguien
puso porque así lo quiso
y aunque no se viera bien.

Del otro lado de la cerca
se oye crujir la madera
cuando el viento se pasea
con o sin cercas y sé

Que el bosque es verde
y el mundo es vasto
y que siempre ha habido cercas
para que sepan donde andes y no
te saquen de ahí tus pies

Las cercas sirven para que a ese
que te guía, no te le escapes
o que entiendas que pasarte para acá,
no está muy bien

Como esa cerca hay otras
que también suelen brincarse
el mundo es demasiado nuestro
para no vivir en él.

El mundo siempre ha sido nuestro
aunque hay quien cobra por él.

 * * *


"CONTRA LOS PUENTES LEVADIZOS" (parte III) – MARIO BENEDETTI :

Puedo permanecer en mi baluarte
en ésta o en aquella soledad sin derecho
disfrutando mis últimos
rácimos de silencio
puedo asomarme al tiempo
a las nubes al río
perderme en el follaje que está lejos

pero me consta y sé
nunca lo olvido
que mi destino fértil voluntario
es convertirme en ojos boca manos
para otras manos bocas y miradas

que baje el puente y que se quede bajo

que entren amor y odio y voz y gritos
que venga la tristeza con sus brazos abiertos
y la ilusión con sus zapatos nuevos
que venga el frío germinal y honesto
y el verano de angustias calcinadas
que vengan los rencores con su niebla
y los adioses con su pan de lágrimas
que venga el muerto y sobre todo el vivo
y el viejo olor de la melancolía

que baje el puente y que se quede bajo
que entren la rabia y su ademán oscuro
que entren el mal y el bien
y lo que media
entre uno y otro
osea
la verdad ese péndulo
que entre el incendio con o sin la lluvia

y las mujeres con o sin historia
que entre el trabajo y sobre todo el ocio
ese derecho al sueño
ese arco iris

que baje el puente y que se quede bajo,

que entren los perros
los hijos de perra
las comadronas los sepultureros
los ángeles si hubiera
y si no hay
que entre la luna con su niño frío
que baje el puente y que se quede bajo
que entre el que sabe lo que no sabemos
y amasa pan
o hace revoluciones
y el que no puede hacerlas
y el que cierra los ojos
en fin
para que nadie se llame a confusiones
que entre mi prójimo ese insoportable
tan fuerte y frágil
ese necesario
ése con dudas sombra rostro sangre
y vida a término
ese bienvenido
 
que sólo quede afuera
el encargado
de levantar el puente
a esta altura
no ha de ser un secreto
para nadie:
yo estoy contra los puentes levadizos.

* * *
"ARRASTRARSE A LA MULTITUD" - VICENTE ALEIXANDRE:

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere
calcáreamente imitar a la roca.

Sino que es puro y sereno
arrastrarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el momento
con que el gran corazón
de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la moltitud
y perderse.

 * * *






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