Ya
lo sabemos, querid@s Caminantes, abrir nuestras vidas al mundo fuera de un@ mism@ -lo que el estudio de cualquier idioma extranjero implica- y
no cerrar las puertas a la experiencia que la vida nos ofrece
encerrándose en la muralla de la rutina y de las certidumbres es la
acción madre de cada aventura. Y cada aventura es aventura de
aprender.
Sólo
atreviéndose a exponerse a lo imprevisible, lo novedoso y lo
diferente que el viaje de la vida reserva nos enriquecemos y nos
convertimos en personas mejores.
Me gusta recordar un
episodio de la antigua historia china que el escritor Jorge Luís
Borges cuenta en su famoso cuento “La
muralla y los libros” como glosa del
cuento “Durante la construcción de la
muralla china” de Franz Kafka: cuando
el famoso emperador Shih Huang-Ti (259 a.C. - 209 a.C.), unificador
de los antiguos seis reinos decidió hacer erigir una muralla que
rodease y protegiese el vasto imperio del peligro de invasiones,
intentando encerrar y congelar un pueblo y un territorio dentro de sí
mismo, ahí fue cuando empezó la lenta decadencia de su vida y de su
entera dinastia Qin.
Shih Huang-Ti, muy
supersticioso y obsesionado por el miedo a la muerte y el pasado -su
nombre significa “el primer Emperador”- comenzó a viajar en
busca de magos y alquimistas para encontrar una el antídoto para la
inmortalidad. Prohibió que se mencionara la muerte en su entorno,
temía contantemente ser víctima de un atentado, por lo que se
escondía en un palacio con tantas habitaciones como días tiene un
año para dormir cada noche en una cama diferente. Así buscaba
desorientar a quienes pretendían –aseguraba- asesinarlo. En el año
206 a C. ya su dinastía Qin había desaparecido. Tres años habían
transcurrido de su muerte y quince de la unificación de los seis
reinos, y todavía los chinos trataban al emperador como un pariente
conflictivo, inhumano, ignorante y supersticioso que pretendía
encerrar la vida y las certidumbres propias y las de todo un pueblo
dentro de una muralla, para así dejar afuera toda posibilidad de
influencias, comunicación, movimientos, en fin, de contacto con todo
lo que es distinto de sí mismo. Una magnífica alegoría de la
xenofobia en
sentido amplio, esta historia.
Tal
vez sea la palabra de poetas y cantautores la que nos ayuda a ahondar
en el tema de forma más natural y directa, y es
por eso que a continuación vamos a detenernos sobre unos poemas y
canciones de autores, cuyas palabras son un elogio al atrevimiento y
un himno a todos los síes que
generan vidas y caminos.
Una
vez más, buen viaje a Tod@s sobre las alas de los versos.
*
* *
“PALABRAS FUNDAMENTALES” - NICOLAS GUILLEN (musicado por Pablo Milanés):
Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.
Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.
Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.
Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
ofrece algún obstáculo a tu intento,
sacude el ala del atrevimiento,
ante el atrevimiento del obstáculo.
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
ofrece algún obstáculo a tu intento,
sacude el ala del atrevimiento,
ante el atrevimiento del obstáculo.
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* *
“DE CERCAS” - FERNANDO DELGADILLO :
Del otro lado de la cerca
el verde se asomaba igual
que el verde de este lado donde
el sol y yo estamos de pie.
Hasta el sendero sigue
bajo de la cerca que alguien
puso porque así lo quiso
y aunque no se viera bien.
Del otro lado de la cerca
se oye crujir la madera
cuando el viento se pasea
con o sin cercas y sé
Que el bosque es verde
y el mundo es vasto
y que siempre ha habido cercas
para que sepan donde andes y no
te saquen de ahí tus pies
Las cercas sirven para que a ese
que te guía, no te le escapes
o que entiendas que pasarte para acá,
no está muy bien
Como esa cerca hay otras
que también suelen brincarse
el mundo es demasiado nuestro
para no vivir en él.
El mundo siempre ha sido nuestro
aunque hay quien cobra por él.
el verde se asomaba igual
que el verde de este lado donde
el sol y yo estamos de pie.
Hasta el sendero sigue
bajo de la cerca que alguien
puso porque así lo quiso
y aunque no se viera bien.
Del otro lado de la cerca
se oye crujir la madera
cuando el viento se pasea
con o sin cercas y sé
Que el bosque es verde
y el mundo es vasto
y que siempre ha habido cercas
para que sepan donde andes y no
te saquen de ahí tus pies
Las cercas sirven para que a ese
que te guía, no te le escapes
o que entiendas que pasarte para acá,
no está muy bien
Como esa cerca hay otras
que también suelen brincarse
el mundo es demasiado nuestro
para no vivir en él.
El mundo siempre ha sido nuestro
aunque hay quien cobra por él.
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"CONTRA
LOS PUENTES LEVADIZOS" (parte III) – MARIO BENEDETTI :
Puedo
permanecer en mi baluarte
en ésta o en aquella soledad sin derecho
disfrutando mis últimosrácimos de silencio
puedo asomarme al tiempo
a las nubes al río
perderme en el follaje que está lejos
pero me consta y sé
nunca lo olvido
que mi destino fértil voluntario
es convertirme en ojos boca manos
para otras manos bocas y miradas
en ésta o en aquella soledad sin derecho
disfrutando mis últimosrácimos de silencio
puedo asomarme al tiempo
a las nubes al río
perderme en el follaje que está lejos
pero me consta y sé
nunca lo olvido
que mi destino fértil voluntario
es convertirme en ojos boca manos
para otras manos bocas y miradas
que
baje el puente y que se quede bajo
que entren amor y odio y voz y gritos
que venga la tristeza con sus brazos abiertos
y la ilusión con sus zapatos nuevos
que venga el frío germinal y honesto
y el verano de angustias calcinadas
que vengan los rencores con su niebla
y los adioses con su pan de lágrimas
que venga el muerto y sobre todo el vivo
y el viejo olor de la melancolía
que baje el puente y que se quede bajo
que entren la rabia y su ademán oscuro
que entren amor y odio y voz y gritos
que venga la tristeza con sus brazos abiertos
y la ilusión con sus zapatos nuevos
que venga el frío germinal y honesto
y el verano de angustias calcinadas
que vengan los rencores con su niebla
y los adioses con su pan de lágrimas
que venga el muerto y sobre todo el vivo
y el viejo olor de la melancolía
que baje el puente y que se quede bajo
que entren la rabia y su ademán oscuro
que
entren el mal y el bien
y lo que media
entre uno y otro
osea
y lo que media
entre uno y otro
osea
la
verdad ese péndulo
que entre el incendio con o sin la lluvia
y las mujeres con o sin historia
que entre el trabajo y sobre todo el ocio
ese derecho al sueño
ese arco iris
que baje el puente y que se quede bajo,
que entre el incendio con o sin la lluvia
y las mujeres con o sin historia
que entre el trabajo y sobre todo el ocio
ese derecho al sueño
ese arco iris
que baje el puente y que se quede bajo,
que entren los perros
los hijos de perra
las comadronas los sepultureros
los ángeles si hubiera
y si no hay
que entre la luna con su niño frío
que baje el puente y que se quede bajo
que entre el que sabe lo que no sabemos
y amasa pan
o hace revoluciones
y el que no puede hacerlas
y el que cierra los ojos
en fin
para que nadie se llame a confusiones
que entre mi prójimo ese insoportable
tan fuerte y frágil
ese necesario
ése con dudas sombra rostro sangre
y vida a término
ese bienvenido
que
sólo quede afuera
el encargado
de levantar el puente
a esta altura
no ha de ser un secreto
para nadie:
yo estoy contra los puentes levadizos.
el encargado
de levantar el puente
a esta altura
no ha de ser un secreto
para nadie:
yo estoy contra los puentes levadizos.
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* *
"ARRASTRARSE
A LA MULTITUD" - VICENTE ALEIXANDRE:
No
es bueno
quedarse
en la orilla
como
el malecón o como el molusco
que quiere
calcáreamente
imitar a la roca.
Sino
que es puro y sereno
arrastrarse en la dicha
arrastrarse en la dicha
de
fluir y perderse,
encontrándose
en el momento
con
que el gran corazón
de
los hombres palpita extendido.
Como
ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y
le he visto bajar unas escaleras
y
adentrarse valientemente entre la moltitud
y
perderse.
*
* *
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