martes, 4 de octubre de 2011

¿DÓNDE SE HABLA EL MEJOR ESPAÑOL?

  “¿Dónde se habla el mejor español?” Hacía tiempo que quería escribir sobre este tema y me dan pie ahora para ello las muchas preguntas que han surgido -con mi gran satisfacción, no lo oculto- en estos dias en clase. Aqui les dejo unas cuantas ideas para que comprendan la verdadera naturaleza de la cuestión, y para que entiendan mi posición al respecto.
Conquistadores españoles desembarcando al Nuevo Mundo
Respuestas clásicas que uno podría recibir en España a la fatídica pregunta son: "en Valladolid" o quizás "en Castilla". Allende los mares -en la América hispanófona- se tiende probablemente a atribuir esta virtud a las variedades europeas de esta lengua. Normalmente la discusión se trufa con argumentos sobre la pureza o la corrección de esta o de la otra variedad. Ya sabemos -nunca me canso de recordarlo- que los aspectos normativos de una lengua conciernen la pronunciación -con todas sus variantes regionales-, la ortografía, la morfología y la sintaxis. Nunca se ha hablado de "acento".
Sobre las variedades de un idioma como el castellano se suelen tener también listos y apresurados juicios de tipo estético, social, comunicativo, etc. que sirven para terminar de aderezar el tema. Así, se escucha afirmar con convencimiento que "En la ciudad X tienen un acento muy gracioso, En la región Y hablan muy rústico o En el país Z no hay quien los entienda."
Para empezar, hay que aclarar de una vez por todas de qué estamos hablando verdaderamente cuando nos referimos al mejor español.
¿Tiene esto que ver con alguna cualidad intrínseca de tipo estructural o funcional? Para que nos entendamos bien: ¿tiene por ejemplo el salmantino una gramática más desarrollada que el extremeño?, ¿es posible una comunicación más precisa hablando colombiano que hablando guatemalteco?, ¿es justo inculcar en la escuela que el castellano más correcto es el de España?
Desde un punto de vista científico, la respuesta es un rotundo no. 
Todas las variedades de una lengua son medios igualmente aptos para desempeñar las diferentes funciones del lenguaje.Y todas quedan con derecho en el marco de lo correcto cuando respetan susodichos aspectos normativos, osea el ortográfico, el morfológico y el sintáctico. No se puede sostener de ningún modo que la variedad X sea mejor que la variedad Y o que la una sea más pura con respeto a la otra.
Sin embargo, desde un punto de vista social, las cosas cambian.
No hay duda de que los hablantes nativos -y también los no-nativos- tienen sus propias ideas y percepciones al respecto y de que las manifiestan con vehemencia. Los juicios más o menos estrictos, más o menos definidos, más o menos emocionales sobre cuáles son las variedades de una lengua que resultan más hermosas o más puras o más saladas o más sosas existen, son reales para quienes los emiten, pero hay que saber interpretarlos. En el fondo, estos juicios no nos dicen nada sobre las variedades lingüísticas a las que en principio se refieren, sino nos dicen mucho sobre la consideración que merecen los grupos que hablan esas variantes. 
Permítanme contarles una experiencia directa que tuve hace poco tiempo en un liceo. Trabajando allí de profesor de español tenía en cada curso una hora semanal de co-presencia con una profesora madrelengua, cuya función era la de hacer desarrollar la habilidad de comprensión y producción oral. Ese año llegó a esa escuela una profesora boliviana -graduada y con experiencia de enseñanza a extranjero- sublevando la consternación e incredulidad de no pocos padres e hijos quienes temían que la profesora en cuestión no pudiese enseñar sino un “dialecto” distinto del español correcto. He aquí un ejemplo perfecto para explicar el tema. Yo califico estos juicios como pensamientos de matriz colonial.
Son éstos unos episodios que representan el resumen de estereotipos comunes entre la gente, prejuicios, racismos basados en diferencias económicas, rivalidades o afinidades fruto de procesos históricos, etc. La traducción es muy sencilla. Cuando nos dicen: “En tal sitio hablan muy cómico, lo que nos quieren decir es: “Los de tal sitio son muy cómicos”. Cuando nos dicen: "El español de los suramericanos es un dialecto”, lo que nos quieren decir es: “Los suramericanos son unos sub-hablantes, unos hablantes de serie B”. Y la afirmación sobre lo cómico, lo rústico u ordinario del habla de esta región o de la otra no es sino una forma más o menos indirecta, más o menos socialmente aceptada de llamar cómicos, rústicos y ordinarios a los habitantes del país, región o pueblo en cuestión. No hay muchas más vueltas que darle. Es cuestión de discriminación pura y dura. Sea ésta sutil y muchas veces inconciente, lo mismo es discriminación.
Las variedades consideradas "de prestigio", por su parte, suelen coincidir con las habladas por quienes históricamente han sido más exitosos. Por ejemplo, la belleza o la dignidad que se le atribuyen a un determinado acento son simplemente el reflejo del juicio colectivo que merecen los hablantes con tal acento.  Se han hecho experimentos en los que se ha pedido a personas que no conocen una lengua ni el trasfondo histórico, social, económico, etc. de la comunidad que la habla que juzguen estéticamente el sonido de diferentes variedades. Sus respuestas no tenían nada que ver con las de hablantes nativos que sí están familiarizados con ese trasfondo. Quienes desconocen cuáles son las valoraciones relativas que merecen diferentes grupos de hablantes dentro de una comunidad lingüística son incapaces de descifrar el problema asignando los supuestos valores estéticos.
A un panameño -o a un italiano- le puede parecer que el acento de un hondureño, un boliviano, un español o un argentino es de tal o cual manera. Lo que nos está diciendo, quizás sin ser del todo consciente de ello, es lo que le parecen los hondureños, los bolivianos, los españoles o los argentinos.
En definitiva, y para no alargarnos más, responder a la pregunta inicial es más fácil de lo que parecía. ¿Dónde se habla entonces el mejor español? Pues en todas partes y en ninguna.
Buenas noches a tod@s, hasta pronto.

3 comentarios:

  1. Apreciado Afilao, enhorabuena para el blog y las entradas publicadas! Desde luego el modo en que el contexto influye en la interpretación del significado es fundamental. Pero ¡cuidado!: me permito remarcar que ese contexto debe entenderse como SITUACIÓN, ya que puede incluir cualquier aspecto extralingüístico: situación comunicativa, conocimiento compartido por los hablantes, relaciones interpersonales, vestuario, y hasta la manera de peinarse como de andar del hablante. Es decir, es muy importante tomar en consideración no sólo los factores extralingüísticos que condicionan el habla de un individuo, sino que también determinan el USO del lenguaje. Esto es, todos aquellos factores a los que no se hace -aparentemente- referencia en nuestro vivido cotidiano. En otros términos: pragmática über alles...

    !Abrazos desde la cercanía!

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  2. Querido PP,gracias por el precioso aporte situacionista al tema. Qué puede uno esperar de un antropólogo? Estoy de acuerdo contigo: de hecho son los mismos factores extralingüísticos a los que haces referencia tú los que pragmática-mente influyen y determinan los prejucios de muchos sobre la supuesta “corrección” de una variante lingüística. Los cuales son al mismo tiempo individuales y colectivos, en el sentido de socialmente “prefabricados”: si el hombre común escucha una conversación en castellano de un obrero centramericano o de una badante boliviana es muy posible que su juicio será influenciado y así deviado de la pura componente lingüística, tanto por factores pragmáticos y condiciones objetivas de la comunicación , como por condicionamientos de orden cultural y también económico. Osea, que si el mismo hombre común escuchase la “misma” conversación en castellano pronunciada por un hombre de negocios madrileño o por una famosa presentadora televisiva barcelonesa, sus juicios respecto a la lengua serían -como lo son- distintos. Y es exactamente por esta razón que susodichos condicionamientos desvían la atención y plasman la percepción pragmática de las lenguas en muchos casos distorsionada por el hecho de superponer lo que se ve y se sabe de la persona que habla a lo que se escucha y se entiende. No se opina sobre la lengua, sino en verdad se emiten juicios y se pegan etiquetas a los individuos.
    !Una abraçada forta t'arribi a tu també!

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  3. Estoy de acuerdo, yo también creo que todos los acentos son correctos y no hay paises que hablan mejor que otros. A mi personalmente me gusta escuchar a personas que hablan de maneras diferentes, aunque algunos acentos me parezcan raros. Podríamos hacer un debate muy similar para nosotr@s.. ¿Quién habla mejor el italiano, un chico del norte o del sur? ¡Los dos! ...lo siento que aún haya profesores que opinan que se habla mejor en una región que en otra y no quieren que se hable con acentos "diferentes". Gracias a Dios descubrí que son ellos a equivocarse :)

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