Cesària Evora, fallecida el 17 de diciembre |
La música popular siempre ha sido un medio poderoso para representar, contestar y negociar las identidades cambiantes en medio de las diásporas del mundo moderno y las encrucijadas de la globalización. Recordemos que la música siempre marca las continuidades y las rupturas, sostiene y re-establece conexiones a través espacios y culturas que sobrepasan las nacionesy los límites. La música de Cabo Verde, tal como el panorama del caribe hispano, constituye el vital diálogo entre la historia, las memorias, las identidades, las etnicidades y las tradiciones y las aspiraciones de los pueblos.
Siendo las islas de Cabo Verde parte del mundo lusófono -osea de lengua portuguesa- la relación con el español y con la hispanidad es muy estrecha, sobre todo si se logran captar ciertas afinidades y proximidades con el área cultural del Caribe hispanófono, sea en campo musical sea en otras manifestaciones artísticas.
La música de Cabo Verde, con sus estilos e influencias diferentes, es una síntesis bien lograda de dos mundos distintos, él de los colonos portugueses que poblaron las islas que a partir del siglo XVI se convirtieron en cuartel general para el intercambioy comercio de esclavos procedentes de la África occidental, y el mundo africano. Del primero conserva las melodías, la modulación de la voz lamentosa como en el fado de la madrepatria, y el uso de la guitarra como acompañamiento, mientras que del segundo, el elemento más fuerte y presente, usa la ritmica, el color y la intensidad performativa de los instrumentos de percusión. Vamos a escuchar entonces unos temas de morna tomados de la rica discografía de “la diva con los pies descalzos”, como fue bautizada Cesària Evora:
Por mi de-formación experiencial y afectiva no puedo sino compartir mi estupor y el placer que probé al dar por primera vez con el género musical funanà: resulta ser una mezcla explosiva de un ritmo binario de origen africano, empleado hoy para muchos géneros, ejecutado con instrumentos que pertenecen a otras tradiciones musicales, tal como el acordeón a tastos -que figura también en otros géneros caboverdianos- y el “ferro”, un idiófono que en el caribe hispano llamarían guacharaca o guiro.
Prácticamente, sin darle más vueltas a la cosa, ¡el funanà resulta ser el hermano del vallenato colombiano del Caribe africano! Efectivamente, el parentesco no es casual, y echa raíces en el viaje de los ritmos y tradiciones musicales que vienen de África, van a América del sur a través de Brasil, se bañan en el multicolor mar del caribe, y regresan a África vestidos con nuevas prendas y enriquecidos por el contacto y la contaminación propria de cada viaje, de cada camino.
Además, quien me conoce mejor sabe que estoy enfermo de “Colombianitis” -un virus muy peligroso por ser altamente contagioso- y soy muy sensible a lo que viene de esas cercanas lejanías.
Bueno, para que entiendan de lo que estoy hablando l@s dejo a la escucha de unos temas de la banda más representativa de Cabo Verde de ese género musical que echa puentes con el caribe colombiano, los Ferro Gaita. ¡Suban el volúmen y a gozar el funanà!
Volveré a estar aquí a partir del 5 de enero.
Prepárense, Caminantes, porque empezaremos el 2012 con una serie de MINICUENTOS y MICRORELATOS, un género aparte en la literatura en prosa, lleno de sorpresas e intriga, que ve el continente latinoamericano como la cuna de sus expresiones más importantes e inovadoras, a partir del ya mencionado escritor guatemalteco Augusto Monterroso, el autor del minicuento que algun@ de ustedes ya estará leyendo durante las vacaciones. Hasta pronto. Un saludo a tod@s, querid@s Caminantes, el último del 2011.