Éste que va a continuación es el soliloquio más
famoso del drama español, tomado de la obra “La vida es sueño” de Pedro Calderón
de la Barca (Madrid, 1600-1681). Ocurre al final del primer acto, cuando el
protagonista, el principe encadenado Segismundo, desde la torre en la cual se encuentra encerrado piensa
en la vida, en sus ilusiones y en la libertad.
El fragmento es tomado de la adaptación televisiva de la obra dirigida por Pedro Amalio López para RTVE en 1964 y
protagonizada por Julio Nuñez.
“ [...] Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento
escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡ desdicha fuerte !
¿Que hay quien intente
reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en
su riqueza,que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son”
«El sueño de
la razón produce monstruos», F. Goya, grabado n.º 43 de Los Caprichos de 1799.
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