martes, 29 de enero de 2013

“...Y LOS SUEÑOS SUEÑOS SON”



   Éste que va a continuación es el soliloquio más famoso del drama español, tomado de la obra “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681). Ocurre al final del primer acto, cuando el protagonista, el principe encadenado Segismundo, desde la torre en la cual se encuentra encerrado piensa en la vida, en sus ilusiones y en la libertad.
El fragmento es tomado de la adaptación televisiva de la obra dirigida por Pedro Amalio López para RTVE en 1964 y protagonizada por Julio Nuñez.


“ [...] Sueña  el  rey  que  es  rey,  y  vive
con  este  engaño  mandando,
disponiendo  y  gobernando;
y  este  aplauso,  que  recibe
prestado,  en  el  viento  escribe,
y  en  cenizas  le  convierte
la  muerte,  ¡ desdicha  fuerte !
¿Que  hay  quien  intente  reinar,
viendo  que  ha  de  despertar
en  el  sueño  de  la  muerte?

Sueña  el  rico  en  su  riqueza,
que  más  cuidados  le  ofrece;
sueña  el  pobre  que  padece
su  miseria y  su  pobreza;
sueña  el  que  a  medrar  empieza,
sueña  el  que  afana  y  pretende,
sueña  el  que  agravia  y  ofende,
y  en  el  mundo,  en  conclusión,
todos  sueñan  lo  que  son,
aunque  ninguno  lo  entiende.

Yo  sueño  que  estoy  aquí
destas  prisiones  cargado,
y  soñé  que  en otro  estado
más  lisonjero  me  vi.
¿Qué  es  la  vida?  Un  frenesí.
¿Qué  es  la  vida?  Una  ilusión,
una  sombra, una  ficción,
y  el  mayor  bien  es  pequeño:
que  toda  la  vida  es  sueño,
y  los  sueños,  sueños son”




«El sueño de la razón produce monstruos», F. Goya, grabado n.º 43 de Los Caprichos de 1799.



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