miércoles, 24 de octubre de 2012

"AYÚDAME VALENTINA", HOMENAJE A LA PRIMERA MUJER COSMONAUTA

Las dos cantautoras chilenas, madre e hija

    Una entrada toda al femenino, ésta de hoy. La voy a dedicar especialmente a la compañera Caminante Valentina V. de 1C, quien por su positiva y propositiva presencia me ha recordado esta mañana a una homónima suya, la valiente cosmonauta rusa Valentina Vladímirovna Tereshkova, (Валенти́на Влади́мировна Терешко́ва), la primera mujer de la historia en viajar al espacio exterior, a la edad de 26 años. La desafiante azaña ocurrió precisamente el 16 de junio de 1963 a bordo de la astronave "Vostok 6" y representó una verdadera revolución para la época. 
Ahora bien, resulta que otra valiente y desafiante mujer, la cantautora y poetisa chilena Violeta Parra (¿será casual que las tres tienen nombre que empieza por “V”..?) escribió una canción homenajeando el coraje y la experiencia única de la cosmonauta rusa, donde le pide ayuda en nombre de toda la humanidad, “ya que tú volaste lejos / dime de una vez por todas / que arriba no hay tal mansión [el Paraíso], / mañana la ha de fundar / el hombre con su razón”. 
En otras palabras, es sólo aquí en la tierra, hic et nunc, y no en presuntas vidas ultraterrenales, el lugar donde los hombres y mujeres tienen que fundar el edén religiosamente terrenal de una sociedad más justa. Cada quien con sus fuerzas y actuando sobre su entorno de vida y el espacio que habita, pero que sea aquí y ahora, por los infinitos caminos del único mundo posible. Este en que vivimos o des-vivimos.

"Ayúdame, Valentina"  
                                    
Qué vamos a hacer con tantos
y tantos predicadores.
Unos se valen de libros,
otros de bellas razones,
algunos de cuentos varios,
milagros y apariciones
y tantos de la presencia
de esqueletos y escorpiones,
mamita mía.

Qué vamos a hacer con tanta
plegaria sobre nosotros,
que alega en todas las lenguas
de gloria y de esto y de lo otro,
de infiernos y paraísos,
de limbos y purgatorios,
edenes de vida eterna,
arcángeles y demonios,
mamita mía.

Qué vamos a hacer con tanto
tratado del alto cielo.
Ayúdame, Valentina,
ya que tú volaste lejos.
Dime de una vez por todas
que arriba no hay tal mansión;                                                   
mañana la ha de fundar
el hombre con su razón,
mamita mía...


Qué vamos a hacer con tanta
mentira desparramada.
Valentina, Valentina,
rompamos la telaraña.
Señores, bajo la tierra
la muerte queda sellada
y a todo cuerpo en silencio
y el tiempo lo vuelve nada,
mamita mía...
”                                                                     

Autora: VIOLETA PARRA (madre), Voz: ISABEL PARRA (hija), Música: QUILAPAYUN, 1971.


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